He ido bastante por razones de trabajo, en ocasiones había comido hasta bien, pero la última vez, hace dos semanas, fue nefasta. Restaurante vacío (cuando antes estaba lleno¡¡), lo que debió advertirme de lo que me iba a pasar. Horrendos calamares, solomillo a la piedra olvidable, unas anchoas mediocres, un desastre oiga. 150 € dos personas.

Muy poco recomendable, al menos por el momento.

acudimos por recomendación
es un restaurante moderno, tanto en carta como en diseño, interesante y bien situado.

el servicio es correcto, distante pero sin llegar a ser molesto.

la ubicación de las mesas y la distancia entre las mismas lo dibuja complicado para cuando esté lleno pero no llegamos a los extremos de algunos que casi no pasas ni de lado.

la comida está bien elaborada, sabrosa y muy recomendable.

los precios es otra cosa, supongo que les va bien y por eso siguen cobrando como si la crisis no existiera, ni las personas hubiéramos entendido eso de la RCP....

por poner un ejemplo, seis croquetas cuestan 14,50 euros.
estan buenas pero tanto como para valer un menú ejecutivo de un martes pues no....

mantelería, loza, cubiertos, copas... correctas, sin nada espectacular, ni servicio espcial de vino, ni nada por el estilo...

a granel....

en resumen, un lugar interesante por la cocina, pero desaconsejable por la caja...

El servicio es excelente y la comida todavía más. Sus delicias son la carne a la piedra, las mil hojas de espinacas a la catalana y queso de cabra o el bacalao confitado con verduritas. El precio es muy competitivo en relación a la calidad.
Para acabar, tomamos unos frescos Gin-tonics a muy buen precio.

cenamos en la terraza en pleno agosto. Mesas anchas y sillas comodas. hicimos todo a base de pica pica: ensalada de l'emporda, correcta, media de jamon iberico con pan con tomate, mi cuit con confitura de gengibre, carpaccio de buey con parmesano, todo muy bueno, croquetas de chorizo, y cocido, las mejores que recuerdo en mucho tiempo. Por ultimo revuelto de huevos con jamon iberico, malo, insipido, sin apenas jamon. para beber um acustic 2008. Y como postre una crema catalana con nueces caramelizadas. Buen servicio por parte de camamreros y maitre. Buen lugar para una cena tranquila a dos manzanas del paseo de gracia. Eso si no pidais revueltos, si son todos como el que pedi, no valen nada. Todo lo demas muy bueno.

No habia vuelto desde poco tiempo despues de su apertura .Lo recordaba agobiante , oscuro , nivel medio bajo. Hoy sin embargo mi opinion es distinta .
Comida correcta Huevos estrellados clasicos y chuletòn (extraodinario)
Servicio algo despistado pero amable y servicial.
Servicio de vino : 4 copas de cava Juve i Camps rosado a temperatura excelente , La Montesa tinto a buena temperatura .
Ambiente : Local al 50 % de su ocupaciòn por lo que no habia ruido sobreañadido y el ambiente era despejado .Resumen. restaurante para ir a comer un mediodia (si despues no trabajas ) una vez constatas que el aforo es correcto .No paguè .Desconozco el precio.

Lo dicho. Restaurante normalito en donde si algo destaca escasamente sobre lo demás es la comida. Tal y como comentan los contertulios el entorno no es precisamente encantador. Los detalles de sobremesa son correctos. La atención al cliente correcta pero con algún que otro despiste. Es un Restaurante donde se come relativamente bien y poco mas. Es de esas experiencias que precisamente no perduran por nada positivo. RCP algo elevada.

Tomamos los siguientes platos a compartir entre (2) personas:

- 1/2 anchoas de Santoña (13 €).
- Pan de coca con tomate (8 €).
- Huevos estrellados con jamón (15 €).
- (2) Roxa de Buey a la piedra (49 €).
- 1/2 Patatas panadera (3 €).
- Tarta Sacher (7 €).
- (2) cortados (5 €).

- De beber tomamos (2) cervezas (6 €).
- Vino Convento San Francisco (33 €).

Un saludo.

Fue la segunda opción de una comida imrpovisada. La priemra era el Gresca, pero como estaba completo y eran casi las tres de la tarde, decidimos entrar en este local cercano.
Decoración de "ñigo ñago", muy postizo. Carta, impersonal, un poco de todo. Carta de vinos, normalita. Nos decidimos por un vino de Medrano Irazu rosado a buena temperatura. El servicio de vino, apesar de estar casi vacio, se limita al descorche.
Pedimos unas croquetas para picar, una de jamón, una de rostit y otra de una especie de chorizo asturiano. Mejor olvidarlas.

De entradas unos huevos estrellados, pasables, no mas. Y unas sardinas ahumadas con steak de manzana.... ?, se quedo a la mitad, ni lo entendí, ni nos gustó.

De segundo dos medias raciones de steak tartar regularcillas. Para mi gusto exceso de coñac.

En fin, dudo que vuelva.

Pues eso, bonito local y pocquito más. El piso superior es la parte reservada a fumadores y es bastante más atractiva que la oscura planta baja.

Los huevos estrellados con foie (poco) y trufa (intuída, insinuada, pero invisible) estarían mejor con unas patatas mejores (las de Prades, por ejemplo).

Bebimos un Enrique Mendoza a buena temperatura.

Como ya sabréis, existen 2 alba: el de Granados y el de París. A mi personalmente me gusta mas la decoración del de la calle París ya que es mas pequeño y “autentico” y si tienes suerte, puedes topar con la actuación de Violeta “la burra” (y eso ya es el colmo). Por otro lado, el de Granados es mucho mas bonito, tiene mejor decoración, es mucho mas amplio, etc. (lo que lo convierte en un restaurante mas “normal” con aspecto cuidado). El trato del vino en ambos restaurantes es bastante bueno en lo que se refiere a la carta (referencias y explicaciones) y la temperatura y copas; (aunque a veces no estoy muy de acuerdo con los consejos del sumiller).
En cuanto a la cocina, este ha sido un clásico en mi agenda durante mucho tiempo y casi siempre he ido a tiro fijo: huevos estrellados y carne roxa a la piedra. ¡Insuperables! De todas formas, desde que abrieron el restaurante de Granados, la carta se ha modernizado y hay otros platos excelentes y menos “clásicos”: arroz caldoso, galtes (sorprendentes) etc.
El punto negativo de este restaurante es el precio, que ronda los 60-80€. Este es un local donde he pasado muchos buenos momentos, y me parecía excelente cuando valía 35-40€, pero por 60-80€ espero muchísimo mas.

Restaurante con buena materia prima, pero flojo en el servicio (aunque debo decir que el último día tuvimos suerte y él camarero nos dio un buen trato) generalmente. La carta de vinos la han mejorado respecto a mi última visita hace dos meses. Buena temperatura del vino y buenas copas, aunque desconocimiento total sobre vinos de la persona que tomó nota del vino. Viña Sastre 2003, dos entrantes (alcachofas fritas muy buenas), y buey (intento de ello pero bueno) a la piedra. Un par de cervezas de aperitivo y un postre para compartir. 116eur dos personas. Está bien si luego quieres tomarte una copa por la zona, pero no es un restaurante que destaque por algo especial. Falta iluminación para mi gusto por la noche.