Restaurante Ostras Pedrín Valencia en Valencia
Restaurante Ostras Pedrín Valencia
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:

Añadir tipo de cocina

Vino por copas:
Precio desde:
26,05 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
domingos noche
Nota de cata PRECIO MEDIO:
26 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.0
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.0
Comida COMIDA
7.8
Precio medio entorno ENTORNO
6.0
RCP CALIDAD-PRECIO
7.8
La carta
Ostra en escabeche
Degustación de ostras
Anchoas
Aurelio_Gómez-Miranda_Ostras_Pedrín_Tabla_ahumados
Aurelio_Gómez-Miranda_Ostras_Pedrín_Erizo
Aurelio_Gómez-Miranda_Ostras_Pedrín_Ostra_del_Sol
Opiniones de Ostras Pedrín Valencia
OPINIONES
3

Local en el centro de Valencia aunque muy apartado del paso, pequeño con mostrador y cocina a la entrada con barra pequeña y unas pocas mesas repartidas en pequeños espacios con lo que a poca afluencia de gente se llena así que hay que ir fuera de horario habitual.

Servicio voluntarioso hasta en aprender el castellano, rápido y eficaz que se hace necesario para duplicar servicios, algo imprescindible para sostener el negocio.

Mesas pequeñas apretadas y con medios básicos salvo copas más que aceptables. En la pared dispone de pizarras para el tapeo que es su base más allá de las ostras que son plato imprescindible. 

Para beber un par de vermuts, uno propio de la casa y otro Carmeleta, ambos buenos. La carta de vinos es sencilla y suficiente para el tipo de tapeo que disponen aunque siempre nos gustarían más opciones.

Para comer no hay posibilidad de fuego así que se basa en productos frescos, latas de buena calidad, salazones, ensaladas, montaditos y ahumados más un postre de la casa.

Para tapeo y en pareja tomamos:

. bandeja de ostras con 2 asturianas y 2 gallegas más una valenciana francesa, del sol Tarbouriech -espectaculares- y de Castropol. Una combinación que te permite ver que hay ostras de muy diferentes tamaños, texturas y sabores a pesar de ser crudas todas; dejamos las ostras en escabeche, plancha y tempura para otra ocasión. Imprescindible conocerlas.

. el resto compartido: ensalada de wacame, montadito de ahumados y montadito de huevas, cañaillas estuvieron bien pero no son motivos de ir; allí lo fundamental y extraordinario son las ostras.

Animado por el comentario de Aurelio, allí nos plantamos a la hora del aperitivo, eso que se practica tan poco en Valencia pero que al parecer ese domingo tocaba cambiar los cánones de toda Valencia. Llenazo a las 13:30, con la barra hasta la bandera y nos comentan que:

a) No hay ostras del sol
b) No hay erizos
c) Nos faltan dos camareros

¿Y todo lleno? ¡Casi que nos vamos! Pero bueno, si merece la pena, nos quedamos y vemos qué tal.

El local me gustó, no tiene nada y lo tiene todo. Tiene ese regustillo de las barras de fuera de Valencia, esas que tanto echamos de menos algunos. La barra, aunque algo incómoda por compartir el pase de los camareros, es la mejor opción, aunque esta vez no pudimos por el llenazo.

El servicio, aunque resentido por la falta de personal, se mostró en todo momento amable, servicial, preocupado por cómo íbamos todos con el retraso que había supuesto este pequeño contratiempo, con el llenazo a esas horas que además no esperaban.

Al final tomamos el cava rosado que tenían en carta (no recuerdo el nombre, pelín golosón) y un sauvignon blanc de Titaguas correcto. La carta se reduce a unas pocas referencias apuntadas en la pared. Copas adecuadas al ambiente, distendido y no excesivamente preocupado por el tema del vino.

Y de comer, pues obviamente nos metimos una ostra Guillardeau, una ostra valenciana, una gallega y una ostra en tempura. Aún me dio para probar un poco de la ostra en escabeche, pero es que con lo que me gusta a mí este bicho, suelo preferirlo sin aderezos. Buena selección y una forma interesante de comparar la calidad de este bivalvo que tan loco nos vuelve a unos y tan horroroso es para otros.
Completamos el tema de las ostras con unas buenas anchoas ahumadas y una tabla de salazones correcta (a destacar el salmón que estaba de muerte).

En resumidas cuentas, que volveremos, aunque sea para tomar una ostra del sol, unos erizos y una copita de cava. Si ampliaran más la carta de vinos ya sería la leche.

Esta ronda no la pagué yo, así que no puedo poner precio, pero viendo la "carta mural", me parece una RCP muy buena.

Y otro año más, llegó el día de San Aurelio (San Vicente) y me dispuse a disfrutar de mi triste y forzada soledad… Toda mi familia estudiando o currando, y yo sin nada que hacer, qué jodío es esto de tener vacaciones mientras los demás tienen obligaciones… Es que se siente uno de mal… ¡Pobre de mí! ;-)

El caso es que llevaba unos días pensando donde celebrar tan magno evento y no había nada que me hiciera tilín de verdad… hasta que la mañana anterior un compañero que echa de menos tanto como yo los aperitivos y las barras norteñas me dijo: “Han abierto un sitio que te va a encantar para tomar un aperitivo, está muy bien puesto, el tema va de ostras”. “Oooooooooooño, pues ya tengo lugar para celebrarlo, al menos el aperitivo, ya me buscaré la vida sobre la marcha luego si eso!”

Y para allá que me fui en ese soleado e ¿invernal? día 22 de enero… Paseíto por el centro y a embocar desde La Paz la encantadora calle Bonaire, que es donde se encuentra Ostras Pedrín. No me digan que no está bien traído el nombre, que no es simpático y tiene chispa. Ostras Pedrín. Es que me encanta. Ostrás tú! Y saben como se llama la empresa? Ostras tú. No, no me rallo, se llama Ostrás Tú. Buenísimo!

Iba predispuesto a que me gustara… y me gustó desde que lo divisé a una trentena de metros. Mola Ostras Pedrín.

Parece como desubicado por la decoración, el concepto… “Pega” más en Ruzafa, en zona Mercado de Colón… Pero no, ahí está, entra La Paz y Pintor Sorolla, en una callejuela de esas que unen las citadas.

Garito montado con pocos recursos, con mucho gusto, diseño limpio y funcional, claridad imperante tanto por los ventanales como por los tonos, dos alturas… Bien, bien.

Tiene mesitas para comer/cenar ahí, pero yo iba a la barra de cabeza, mi ecosistema natural…

Vamos, vamos!!!

Como ya habrá adivinado el sufrido y pícaro lector, la oferta está centrada en las ostras. En estos momentos tiene de 4 clases y cito por precio, de menor a mayor: valenciana, asturiana, Guillardeau y “Ostra del Sol”.

Esta última, la Ostra del Sol, la estrella de la casa, es el fruto de un ambicioso proyecto en el que participa Tarbouriech en… el Delta del Ebro. Miman a las ostras, las sacan al sol (de ahí el nombre) obligándolas así a ejercitarse, muscularse, tonificarse… las vuelven a introducir… Vamos, algo parecido por lo que cuentan al rollito del buey de Kobe.

Oye, pues vamos a hacer una catita de ostras… Venga sácame una de cada, nos saltamos la asturiana que la tengo muy vista. Y de beber, tienes algún espumoso por copas? Sí, claro… ¿normal o rosado? Bien, bien, bien, cómo pinta esto, oye.

Sorpresa con la valenciana, han mejorado mucho el producto, la última que probé era más basta y menos sabrosa. Desilusión con la francesa, pasada de salinidad. Y bombazo pletórico con la tarraconense, todo sabor, con un punto dulce espectacular que mitigaba la salinidad habitual, y una mordida cautivadora, con un ramalazo crujiente que precedía a la explosión en boca. Ahora que, cara de ojones, 5 pavos la ostrita, casi el triple que la asturiana, el doble que la valenciana o el 50% más que la francesa.

Qué difícil es irse una vez llegados a este punto. Mira que yo, como buen tapeador, intento cumplir la máxima de “un bar, un vino, un pincho”. Ni dos, ni tres ni leches. Uno, oño. Y a otro. Peeeeeeeeeeero… joé, había visto nada más entrar unos erizos frescos que… Paaaaaaaaaaaaa dentro! Psssssá, pues no fue lo mejor de la jornada, no.

"Oye, ¿qué más puedo pedir para rematar este aperitivazo?". Un majísimo tipo de al lado que estaba con su pareja no le dejó hablar al camarero: “Disculpa que me entrometa pero, de verdad, prueba la tabla de ahumados”. Maaaaaaaaaaaaaarchando una tabla de ahumados! Qué guapas son las barras oye, es que haces amigachos sin querer, son escuelas de socialización.

Aaaaaaaaaacierto. De primerísima calidad. Salmón, pez espada, bacalao y atún. El salmón y el pez espada, soberbios.

"Cóbrame, y pones dos cañitas a estos amigos!"

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar