Vaya por delante que no me gusta la cocina india. Iba a este restaurante un poco esperanzando de encontrar un indio diferente. Lo es, en cuanto a entorno, servicio, etc, pero la comida me decepcionó.

La materia prima es teóricamente buena (difícil saberlo con certeza entre tanta especia), pero la preparación me dejó indiferente. Los entrantes absolutamente mediocres (una kebab que parecía un pinchito de cordero malo y un pastel de ternera que eran unos filetes rusos insípidos). Los segundos mejoraron, pero en mi caso, cobrar dos pedacitos de rape a 32 euros me parece poco justificable. En definitiva, todo sin gracia.

La carta de vino, correcta, tenía unos precios desmesurados (opté por seguir con cerveza). Aún así, la cuenta ascendió a 80 euros por persona que no "está nada mal". Por ese precio, puedes darte un homenaje en un grande.

Respecto a la cocina india que ofrece este restaurante, se trata de una cocina refinada y occidentalizada, lejos no solo de las cocinas de este origen que se ofrecen en la capital, sino que incluso se alejan de las propuestas que ofrecen en su casa madre londinense, - una estrella Michelin - , allí, sus platos se adaptan al gusto "british", sabores mas potentes, mas cargados de especias, aquí intentan adaptarse al gusto español (Jefe de sala, dixit a una mesa cercana)

Dos vias para conocer su oferta culinaria, a la carta o el menú de degustación. En ambos casos, precios altos, propios de un lugar, cuya casa madre goza de una estrella michelin, y también acorde con la alta plantilla que deambula por la sala y que a la entrada te reciben, casi en formación, manos juntas cerca del pecho y ligera inclinación de cabeza y que por un momento te hacen sentir importante a la par que incomodo, máxime si te ubican en la ultima mesa del fondo y para llegar hasta ella, ademas de recorrer todas las salas, parece que estas pasando revista a la plantilla.

Sala decorada con elegancia, estéticamente muy bonita, sin escatimar medios. Ocupamos una mesa con vistas a un patio interior, en cuyo espacio central hay un estanque, donde a la noche, colocan velas flotantes y sobre una pared proyectan imágenes de la ciudad de Benarés.

Carta de vinos, amplia, buena representación de DO'S, a precios altos, en consonancia con el local. Con precio algo mas razonable, nos inclinamos por un Lolo

Para este primer acercamiento, nos hemos decantado por el menú de degustación, por aquello de que ante una cocina que no controlamos, unos dirían: "despacio, poco a poco" y otros dirían: "los experimentos, con gaseosa"

En general, nos ha gustado, no nos ha desagradado, aun a pesar de que no todo el contenido de la degustación esta a la misma altura.

Buen nivel del aperitivo inicial, unos panes de lenteja con unos chutneys de piña, manzana y tomate. Especiados con diferente intensidad pero muy agradables.

El menú comienza con algo que se llama Amuse Bouche, y que no me acuerdo para nada de su composición, si recuerdo que según explicaron se trata de un homenaje a la street food de la India, una especie de cuenco hecho con una pasta de ¿maiz?, que en su interior tiene una amalgama de diferentes productos típicos: patata, garbanzo y no recuerdo que mas cosas, le echan un caldito de tamarindo y lo comes de un bocado con la mano ,- pero rápido, de lo contrario se deshace -, en teoría, en la boca debes sentir como una explosión de sabores de la India. El mío debía estar sin pólvora, no ha explotado nada.

Unas vieiras a la plancha con coliflor en tres texturas, y que responden al nombre de Jal Tarang, que no están mal, pero ya está.

Un langostino con coco y hierbas, un trozo de pollo Tikka, de nombre Tandoori Ratan, que no estaban mal acompañado con una salsa de menta, bastante mejor que el resto.

Un rape al tandoor con salsa de coco, francamente bueno, tanto el rape como la salsa, acompañado de una especie de croqueta de cangrejo. Tandoori Macchi. Plato muy bueno.

Un guiso de cordero tierno de Cachemira al aroma de azafrán e hinojo. Rogan Josh "Atul's Signature Curry". Bastante tierno y con una salsa de tomate con nueve especias muy sabrosa y adictiva, acompañado de un rico arroz Pulao y unas espléndidas lentejas negras Dal. Por el conjunto de sabores hacen que sea el mejor plato con diferencia, no así por la cantidad, que aun a pesar de ser de plato de degustación, la cantidad de la carne es excesivamente corta.

Un surtido de panes (tres), dos hechos en tandoor (los conocidos Naam y Paratha ) y un tercero, Roti, que, según contaron, es el único que se elabora en sarten.

Como prepostre y para limpiar el paladar, un correcto sorbete de mango.

Y como postres, un Bhapa Doi: Yogurt al aroma de agua de rosas con texturas de frambuesas ; un Short Bread de naranja: Galleta de mantequilla con aroma de naranja y una crema de chocolate negro con peta zetas y aroma de anís estrellado. Ricos los dos primeros y un tanto pesado el ultimo.

Cafés con hielo y unos petit four, que desentonan, sin ser malos de sabor, con la enjundia que pretenden dar al local.

Como resumen, no es mala cocina, aunque con altibajos, una sala amable, numerosa, bien enseñada, - formados en su casa madre -, aunque un tanto despistada, con gestión de tiempos muy mejorable, y un nivel de precios muy alto, no, lo que sigue. Se puede volver, pero no es para ir muy a menudo.