Ya descrito el local en el anterior comentario, añadiré que estaba lleno, que éramos un grupo de unos 50 puestos en un comedor todos juntos (muy juntos) y en varias mesas, con menú pactado y que, como suele ser en estos casos, lo importante es la compañía y pasarlo bien. La vajilla fue única para toda la comida, cubiertos y copas básicos, servicio eficaz con buen ritmo de platos y que dieron alguna alternativa a la rigidez propia de estos casos. Por la misma razón desconozco carta de comidas y de vinos así como precios.

Al centro y compartido

. berenjenas (en tacos) rebozadas con algo de miel: con formato de cazón en adobo, resultaron correctas buscando que no hubiera caido exceso de miel.

. revuelto de casi todo:gambitas, pimiento verde, calabacín, alguna verdura más y hasta patatas paja fritas (y reblandecidas). Para apoyar un par de rebanadas de pan frito del que goteaba aceite.

Principal:

. pez espada con chirlas y una mini gambita pelada: hacía tiempo que no probaba algo tan insulso (será porque no voy a bodas) a pesar de la enharinada salsa. La otra opción que algunos consiguieron era carne de cerdo plancha y tampoco estaba para tirar cohetes según comentaron.

Postre:

. gachas de mosto: un engrudo difiícil de digerir. Desconozco si siempre son así porque me enfrenté a ellas por primera vez.

Para beber AquaBona y alguna otra marca en la mesa (¿sería para hacer cata?), algo básico a evitar. De vinos poco puedo decir ya que dada la amplia cata de PX de la tarde opté por cerveza (de presión) y mucha agua.

Afortunadamente estaba cerca del hotel (centro ciudad) y con el coche aparcado. No hubo valor para GT ni similares.

Situado a pocos metros del ayuntamiento. Amplio comedor. Mesas de tamaño correcto y separación más bien escasa. Servicio correcto. Sin manteles. Servilletas de papel. Carta con recetas tradicionales de la zona. Algunos de los platos disponibles en raciones, medias raciones y tapas. Carta de vinos de gama baja con vinos de Rioja, Ribera de Duero y algunos de la zona. No me fijé en los precios.

Almuerzo para dos:

- Alcachofas a la montillana (7,50€) - Típica receta montillana. Mi mujer las disfrutó. La salsa, muy buena.
- Crispín (4,-€) - Otro típico plato montillano. Muy bueno.
- Churrasco de cerdo (9,-€) - Para compartir. Me esperaba otra cosa. Juraría que era presa. En fin, bastante bueno.

También compartimos una raja de melón (1,75€), presentada ya cortada.

No nos cobraron la cesta de pan, que incluía una bolsa de colines y otra de "regañás".

Para beber, una copa de vino de tinaja (1,20€) y una botella de agua de 1 l. (1,80€).

Es un buen sitio para probar la cocina tradicional por un precio bastante asequible.

Además del restaurante, tiene una brasería que abre las noches de los fines de semana. Dispone de terraza exterior. Es complicado aparcar por la zona. El precio corresponde a lo que tomé yo.