Restaurante Belsay en Montoro
Restaurante Belsay
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
15,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
15 €
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
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Comida COMIDA
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Precio medio entorno ENTORNO
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RCP CALIDAD-PRECIO
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Aurelio_Gómez-Miranda_Belsay_Montoro_Cholondros_cordobeses
Aurelio_Gómez-Miranda_Belsay_Montoro_Berenjenas_a_la_crema
Aurelio_Gómez-Miranda_Belsay_Montoro_Japuta
Aurelio_Gómez-Miranda_Belsay_Montoro_Ensaladilla
Aurelio_Gómez-Miranda_Belsay_Montoro_Salmorejo
Opiniones de Belsay
OPINIONES
1

Comenzábamos las vacaciones como siempre con pocos temas atados, dispuestos a improvisar. Yo ya no sé si es que nos gusta o es dejadez. El caso es que esta fue la primera etapa de lo que luego se convertiría insospechadamente en una vuelta a la Península.

Queríamos dormir en Sevilla y cuando “no entró ganica” (como dicen en mi tierra) miramos a ver dónde comer desde el móvil. Montoro era el lugar que más cerca pillaba. Ninguna referencia fiable, ni del pueblo, ni de sus restaurantes. En alguna página de escasa credibilidad vimos que en este pueblo había tres o cuatro y no me digas el motivo por el que nos decantamos por éste.

El caso es que llamamos y se cortó antes de cruzar palabra. Acto seguido nos devolvieron ellos la llamada. “Sí, sí hay sitio, no hay problema”. “Oño”, pensé, “me temo que nos hemos equivocado. Son las tres de la tarde, hay sitio, nos devuelven la llamada… Ay, ay ay…”

Montoro es precioso, vaya sorpresa. Vimos poco, pero sólo la vista desde arriba cuando te vas acercando ya merece la pena. Un pueblo blanco sobre una loma y rodeado de amarillentos campos de cereales recién cosechados. Paramos y todo, pese a los 40 gradazos que caían a plomo, para deleitarnos con la panorámica.

Al entrar en Belsay te pega una bofetada de aire acondicionado tremenda. A saco. Joé, qué bien. Y estaba lleno. Buena señal. Y enseguida salieron y nos acomodaron. Mejor señal. Y nos sacaron unas aceitunas y las bebidas ipso facto. Bien, bien.

Se trata de un restaurante de pueblo cuyo comedor se extiende paralelo a la barra y se abre un poco, como para dos mesas, en la entrada. Humilde, limpio, fresco.

Llevan sólo un año. Tras cinco o seis traspasos, quedó baldío y "ea, esta es mi oportunidad". Eso nos contó en la sobremesa el propietario, Diego, un tipo majísimo, entregao, de los que levantan un negocio sólo con su arte e ilusión.

La carta es enteramente tradicional cordobesa, llaman muchas referencias. Tanto es así que al decirle lo que queríamos, Diego nos corrigió y quitó platos. Si ya digo que este hombre…

Salmorejo.
Ensaladilla.
Berenjenas a la crema.
Japuta.
Cholondros.

Pues todo como esperábamos. Rico, sincero, cocinado sin prisas… Los cholondros, algo a destacar por su sabor y tipicidad, estaban de morirse: trozos de lomo adobados y cocinados con fino y almendras.

El único fallo, y así se lo hicimos saber a Diego, quien lo asumió y se disculpó, fue el orden de salida de los platos, que no fue el que marco en el detalle, sino que bailaron los tres últimos.

Para beber no me compliqué. ¿Qué tienes bueno? Y me tomé tres copichuelas de El Gallo, de Bodegas Amargoso, Montilla-Moriles. Y tan ricamente oye. Eso de que el fino y compañía es para el aperitivo pasó a la historia. Galluuuuuuuuuu!

Belsay, muy recomendable, cocina cordobesa sin complicaciones pero con tradición y cariño, tanto en cocina como en sala. Y por 15€.

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