Casa Pepa es un restaurante tradicional situado en una pequeña localidad zamorana. Su oferta consiste en un menú fijo por mesa, que puede ir variando en función de la temporada.

Se accede al restaurante atravesando el bar. No esperéis grandes lujos. La decoración está pasada de moda y tanto la vajilla como las copas y el resto de utensilios no son el último grito. Es un negocio familiar, y así es también el trato con el cliente.

En cuanto a la comida, en el día de hoy hemos comenzado con una ensalada mixta y unos platitos con bacalao desalado en lascas con pimentón y aceite y unas rodajas de pulpo de la misma guisa. Correcto, pero nada extraordinario.

Continuamos con los primeros platos "serios", un par de peroles de patatas con pata y de habones de Sanabria con su chorizo y oreja. Las patatas excelentes, perfectas de punto de cocción y con esa melosidad propia de la pata. Los habones muy finos y bien cocinados, aunque para mi gusto el caldo que los acompañaba había quedado un poco ralo.

Como platos fuertes nos sacaron una fuente con chuletas de ternera de Sanabria y otra con cordero asado. Muy buen género el de las chuletas, la pena es que no preguntaron cómo las queríamos y las trajeron todas muy pasadas, una lástima. El cordero estupendo, jugoso y suave.

Por último como postres nos ofrecieron una crema deliciosa que es especialidad de la casa, un buen arroz con leche (aunque demasiado frío) y un bizcocho muy jugoso que también fue del agrado general.

Finalizamos la comida con un café de puchero y un licor de hierbas.

En cuanto al vino, no sé si tienen alguna opción más, pero la que hay por defecto es un Palacio de Villachica roble, un Toro bastante característico que acompañó perfectamente los contundentes platos.

Al final salimos a 20€ por cabeza, un buen precio tanto por la cantidad como por la calidad general de lo comido.