Este mítico y fantástico restaurante ahora está en calle duque de la victorio n. 15
Tel 665126219

En su descripción reza cocina tradicional: Excepcional materia prima, guisos tradicionales y algún guiño contemporáneo. Todo ello regado con vinos escogidos de España.

Si pero… añadiría algo más, y es la palabra pureza. Es partir de una materia prima muy bien tratada en los fogones preservando por encima el verdadero sabor.
Federico a los fogones materializa con líneas sencillas un concepto que todos quieren desarrollar y pocos pueden. Preservar la excelencia de una gran materia prima con un toque que distinga al restaurante y su cocina.

Sobre el local…

Acogedor, muy acogedor, coqueto y donde tan sólo dispone de 4 mesas bajas y 4 altas, con una buena barra de madera que armoniza el conjunto. Un restaurante donde se respira una gran escuela y todos sabemos que esta empieza “tras la barra”, inmejorable su caña recién tirada, aunque aún lo es más, un vemú preparado con delicadeza y mimo, donde las prisas nunca han sido buenas para este tipo de copas. El equilibrio de sabores y alcohol mantenido a media temperatura lo hacen muy apetecible para un disfrute en barra previo a tomar asiento.

Entre copas y platos anda el juego…

Vajilla muy correcta y atractiva por el toque clásico con el cuál aparecen los platos de cucharas, apeteciendo aún más su disfrute. Buenas copas, mantel y atención en los tiempos y cambio de platos y cubiertos.

El Vino ¿entras o sales?...

Sin carta escrita, por las pocas referencias que trabaja, aunque disponen de diferentes exponentes para cubrir un amplio abanico de público. Abundan los vinos de Jorge Ordoñez & Cía y con ellos empezamos. Un Avancia Cuveé de O 2013, un vino de bellísima factura por su etiqueta que recrea unos viñedos imposibles, donde el vino se mostró sin pena ni gloria, simplemente se dejó tomar, quizás con demasiada ligeresa, esperaba mucho más. A continuación La Caña 2013 se comportó con mayor contundencia y llenando de ricos aromas la sala, aunque los sentados a la mesa opinamos al unísono que son vinos que se disfrutan con mayor clase un año después, el problema que el mercado no es capaz de aguantarlos “se agotan”. Culminamos con un excelente crianza de Altos del Terral que mantuvo a ralla la carne propuesta sobre el plato, sin duda el remate giraba hacia un buen orujo de Cilantro como paso final, siempre tras el café.

El servicio del vino correctísimo en su temperatura, aunque la no utilización de cubitera y apartar la botella en otra mesa, desluce el ritmo puesto que se tuvo que reclamar en varias ocasiones la usencia de vinos en las copas. Siempre existen peros y este es leve y totalmente salvable.

Entre plato y plato disfrute asegurado…

La mejor forma de demostrar que vas con un hostelero es que se deje recomendar, como a Juanma le gusta hacer en su Bienmesabe, así entabló conversación con Federico en cocina y a partir de ahí los platos se sucedían a buen ritmo.

El bocadito consistía en un trozo sellado de papada ibérica con una textura imposible de igualar, francamente bueno.
Empezamos con unas coquinas como hacía tiempo no habíamos experimentado, llenas, apretadas, ausente de tierra y con todo el sabor del mar, la salsa acompañada para mojar y mojar –es lo que hicimos-.

El tartar de atún rojo suave, muy suave y equilibrado, quizás la maceración pierda identidad porque nunca supimos si era carne o atún, lo comprobamos a posteriori.

Momento ensalada de tirabeques con navajas y morcilla, sencillamente sensacional la textura de esta verdura y el toque salino de las navajas que equilibra al completo el potente sabor de la morcilla. En este tipo de platos como en guisos jugar al contraste elementos como la navaja con morcilla o chorizo realmente funcionan a la perfección. Ya lo comprobamos también con un plato de cuchara de Ivan Bravo en el Restaurante Batik.

Procedemos con la cuchara, servida en vajilla de nobleza y un rico sabor a partir de unas alubias de buena calidad. El momento carne nos propuso el elemento menos elaborado simplemente un buen trozo de buey cortado muy fino y con un plato dispuesto en el centro de alta temperatura, detalle las patatitas paja caseras muy muy ricas, al igual que la carne.

Dicen que no hay un buen fin sin un buen postre, de nuevo la nava de la elaboración con raíces de origen 100% casero. Una tarta de manzana y un arroz con leche, buen nivel aunque por debajo del conjunto, lo cual es normal debido a que el resto de platos rallaba la perfección.
Finalizamos con unas roquitas de chocolate negro y un buen café.

Cierto es que con buenos amigos todo sabe mejor, lo cual no resta la objetividad de lo comentado. Buena velada junto a María, Reme y Juanma.