Bueno... no estuvo mal

Por recomendación de unos conocidos acudimos a este local que ha abierto no hace mucho en una zona bastante animada de Madrid.
Eran las 14:00 y solo había dos mesas ocupadas. El local esta decorado en madera sin barnizar dando el aspecto de cabaña de montaña. Hay 3 espacios, uno a la entrada con mesas altas, uno intermedio con mesas de dos y otro al final con mesas mas grandes. En el centro una barra y al lado la cocina a la vista tras una cristalera. Las mesas están tremendamente juntas y son muy incomodas y pequeñas. Nos asignaron una mesa de dos y afortunadamente para nosotros no se ocuparon las mesas de alrededor hasta casi cuando nos marchábamos porque el espacio era agobiante.

Lo atienden dos chicos que explican cada plato. El trato es amigable y desenfadado lo que a mi personalmente no me parece totalmente correcto… pero bueno, es una opinión.

Nos entregó las cartas donde vienen los platos y una corta lista de vinos al final. Nos decidimos por un vino de Toro llamado Incredulo que era el mas caro de la carta a 15 €. El camarero nos alabó la elección y el vino pero la verdad es que no nos entusiasmó. Tenia un marcado aroma a sulfuroso que desapareció con el tiempo pero resultó un vino con poco cuerpo y poca expresividad.

En cuanto a la cocina se anuncian como cocina fusión y asi lo demuestran los platos donde hay sabores de casi todo el mundo.
Tienen un menú a 32 € sin bebida llamado Armonias donde se ofrecen varios platos de la carta . Les pedimos si era posible omitir el postre y que pusieran un plato salado pero no accedieron por lo que nosotros pedimos a la carta lo siguiente:
*coca guanajuatense: una especie de masa horneada de maíz a modo de coca con diferentes elementos que no pude identificar: rico
*Padron poppers: pimientos de padrón rellenos de crema de mejillón: curiosos
* Bombitas de camaron: versión de la causa peruana con camarones. No lo pudimos comer. Nos resultó de un sabor desagradable como a colonia. Asi se lo hicimos saber y no se lo explicaban pero parece ser que el sabor es ese y nuestro paladar no lo apreció.
* Huevos divorciados: lo mejor: 2 yemas de huevo a baja temepratura sobre un crujiente de algo ( no recuerdo que) y donde la clara se presenta inflada como si fuera el pan y se revuelve todo. Muy bueno y original
* Quekas: tortitas tipo arepas con flor de calabaza. Muy buenas
*Macarons mejicanos: Macaron dulce francés donde el relleno es de mole poblano y otro de cochinita pibil. Se presentan sobre un alioli muy rico. Orginal y bueno
* Lomo bajo gallego con granada. Unos trozos de carne en filetitos y sobre ellos una salsa y unos granos de granda. Insulso. No me gustó la composición ni el sabor del plato

No tomamos postre ni café.
La cuenta: 52 ,5 € para los dos resulta comedida y quizá este punto lo haga mas atractivo.
En resumen es una propuesta divertida a precios razonables pero nada mas.

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