Iba yo un día de labor (cómo mola este palabro, parece que vengas de las duras faenas del campo) con mi hija mayor en el coche, pasamos junto a un centro de ocio de los abiertos (Heron City) y le propuse invitarla a comer en algún japo que allí hubiera. Como era un día de diario (cómo mola esta expresión, parece que vengas de despachar con el mayordomo los asuntos de la mansión) le propuse un japo por eso de cuidarse un poco y tal… Pero pasamos al lado de uno muy guapo con nombre raro que evocaba México y me dijo… “¡Papi, parece un mexicano, con lo que a ti te gustan! ¿Y si entramos aquí!?” Tenía una pintaza de franquicia que me tiraba para atrás, además quería cuidarme, así que me mostré reacio. Pero insistió, y uno que es un padrazo…
Al entrar, encontramos un local muy amplio, oscuro, agradable, mucha madera, aire de cantina mexicana modernota. “Pues está chulo”. “A ver qué nos dan”…
Había un menú que, por 9’5€ podía tomar todo lo que quisieras de la carta, sin bebida ni postre. Carta cortita, con alguna referencia españolizada, centrada en las enchiladas y los tacos, con los consabidos platillos de entrantes y alguna carne. “Uy, uy, uy que mal vamos a comer”.
Pedimos, todo para compartir:
• Chilaquiles.
• Guacamole .
• Enchiladas de mole.
• Taco de pollo enchipotlado.
• Taco Toloca.
• Huevos a la mexicana.
• Tarta Pecan Pie.
Pues oye, una muestra más del “no te fíes de las apariencias”. Todo estaba muy caserito, con cariñito… Todo muy comedido en el tamaño de las raciones. Los tacos, individuales y demasiado pequeñitos, ya elaborado y mezclado el contenido, pero todo estaba muy rico. Ya comenzó en tema bien con los totopos caseros, algo que suele ser un buen testigo de lo que va a acontecer a partir de ellos en un mex… Y picaban, alguno de los platos picaban. Y me dieron una copita de blanco muy bebible.
Cuando nos preguntaron los camareros, les respondimos que bien, que no nos esperábamos comer así en una franquicia, que entramos con las expectativas muy bajas…
-“¿Franquicia?... ¡No! Esto es un restaurante propiedad de un mexicano que tiene otro en el barrio de Ruzafa que le ha ido muy bien y decidió abrir aquí otro. No es ninguna franquicia, es cocina casera diaria”.
No voy a decir que sea el mejor mexicano del mundo ni mucho menos, pero oye, comimos mex muy correcto, entorno agradable, bien servidos y con excelente RCP. No sé si la buena impresión me la llevo a causa de las bajas expectativas o… En todo caso, lo averiguaré pronto porque volveremos, nos pilla cerca de casa.