Acercandonos a esta villa marinera de Pontevedra paramos en este hotel cuyo restaurante es su pequeño tesoro.Nos atendio el sobrino de la dueña,Rotilio trato exquisito,jovial y el trato hacia mis hijos inmejorable.Todo un perfecto anfitrion.Vamos a la comida que es lo que nos llama ,existe una carta de platos y otra llamada tapiplatos optamos por esta ultima y fue todo un acierto.Para los niños dos de secreto iberico excelente de calidad no dejaron nada en el plato.Para nosotros ensalada de verano que acompañaba al dia de calor que hacia en Sanxenxo,croquetas de necoras restalleantes de sabor y cremosa,zamburiñas horneadas fantasticas y el final fue apoteosico con los canelones de centollo,un gran final de fiesta.Agua,copa de albariño,postre no tomamos porque no podiamos mas.Mencion aparte su pan extraordinario,nos dejo maravillao el de centeno con pasas en fin lugar para recordar y VOLVER