Restaurante Irreductibles (CERRADO) en Gratallops
Restaurante Irreductibles (CERRADO)
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
50,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
50 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.2
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
8.5
Comida COMIDA
7.8
Precio medio entorno ENTORNO
8.6
RCP CALIDAD-PRECIO
7.6
Opiniones de Irreductibles (CERRADO)
OPINIONES
28

Llegamos a Gratallops el sábado al mediodía y como preludio de la jornada de cata de vinos de las bodegas del pueblo, el muy recomendable Tast amb Llops, decidimos comer en Los Irreductibles. Algo del espíritu galo de Astérix hay que tener para embarcarse en la aventura de esta cocina de base inequívocamente tradicional con toques de autor en esta joya de la viticultura en que se ha convertido el Priorat, y más concretamente, Gratallops.

El restaurante ofrece una puesta en escena magnífica con unos grandes ventanales que dan luminosidad al espacio interior decorado como a base de retales, una silla así, otra asá, pero en general no se pierde lo esencial: amplitud, calidez y, buen servicio. Nos atendió muy amablemente el jefe de sala que tuvo a bien servirnos un pequeño aperitivo en la terraza. Dicho lo cual parece algo inexplicable que un lugar que se distingue por su carta de vinos no tenga un blanco a la temperatura adecuada para su servicio inmediato. En cualquier caso, probamos un Sant Jeroni blanco, un multivarietal con PX, garnacha blanca, garnacha negra, viognier y roussane. Una apuesta arriesgada que no nos acabó de convencer:predomina el PX y personalmente no es una variedad que me resulte muy atractiva.

Ya entrados en materia iniciamos la comida con el menú degustación, única opción existente. Quizá sería conveniente que se hiciera más hincapié en el momento de explicar que existen posibles variantes (vimos como en una mesa adyacente se servía un rodaballo del cual no se nos había dado cuenta). En cualquier caso resulto un ágape agradable y francamente redondo. Iniciamos con un aperitivo de crema de guisantes templada. Siguió un muy destacable risotto con espárragos verdes, habas y mollejas. A continuación pluma ibérica con calçot y una salsa de romesco, muy jugoso. Luego una tabla de quesos espectacular con quesos autóctonos (recuerdo un cabra de l'Ametlla delicioso) y para rematar una excelsa versión del tiramisú a cargo del chef. Acompañamos la comida con un Camins del Priorat 2008 (D.O.Q Priorat) de la factoría de Álvaro Palacios, un ensamblaje de cariñena, garnacha negra, cabernet y syrah joven con crianza. Muy goloso. Un destacado, destacadísimo diría yo fue el delicioso aceite de oliva virgen extra de arbequina y farga del Celler de l'Abadia, que nos hizo perder el oremus, hasta que se acabó el pan, también muy bueno.

En resumen, un lugar para recomendar y para disfrutar, que lo vale, de una estancia por los paisajes del Priorat.

Bonita ubicación dentro de Gratallops pero aislado al mismo tiempo en un entorno muy agradable.
La comida en la línea de los restaurantes modernos, esto es, tratando de reinterpretar la cocina tradicional. En este caso la escudella. De segundo un bacalao en su punto con romesco y habitas tiernas.
Destaco los postres y, por supuesto el vino que es la razón de ser del lugar.
El servicio atento y detallista.

He tenido la oportunidad de visitar Irreductibles recientemente y he disfrutado de un menú tradicional con toques muy originales. El lugar tiene un encanto especial.
Nos acompañó un día soleado que nos permitió disfrutar del café en la hermosa terraza entre olivos y árboles frutales. Destacable el servicio amable y ágil. La carta de vinos es excelente destacando la interesante oferta de vinos de esta zona.

Estuvimos hace un par de sábados en Els Irreductibles. Hacía tiempo que no teniamos noticias de este lugar, cosa que en principio no es positiva, pero nos animamos a ir.

El lugar continúa con su esplendor habitual, tanto a nivel de espacio como de entorno. Sin embargo las posibilidades gastronómicas, se reducen a un único menú con ningún tipo de elección.

De primero escudella “si o si” de segundo, fricandó "si o si".... Una escudella servida a estilo “moderno”, con un plato con un trozo de “pilota” y unes escasos galets, que cubren con caldo, servido en una jarrita... (Deu nos en guard... :)...).

Y un fricandó correcto, pero algo escaso. Lo mejor de la comida, fue el pan.
De postre, también “obligatorio” un coulant de chocolate correcto, aunque demasiado dulce.

Por suerte, tomamos un Manyetes del 2007, que evidentemente, fue lo mejor de la comida y que ofrecen a coste de tienda.

Una verdadera lástima, para el turismo de la comarca, la “cuesta abajo” de este lugar, del que solo se salva la carta de vinos. Y me quedé con las ganas de saber que ocurria, si alguien, era por ejemplo, alérgico al fricandó... :).

Ricard Sampere
www.restaurantscat.cat

En verano, la cena se ofrece bajo un manto de estrellas y el aroma a lavanda embriaga, magnífica terraza a pie de jardín, da la bienvenida a una nueva atmósfera.

El espacio es singular, por ubicación y concepción. Desde la arquitectura hasta los detalles más inverosímiles que hacen de decoración y menaje, van sorprendiendo con guiños de originalidad. En el interior la protagonista absoluta es la bodega en la que se exhiben grandes joyas de la viticultura, rubrica del savoir faire de tan particular Restaurante; Sara y René expresan su fuerza, siendo Irreductibles un proyecto muy personal.

En la mesa nos reciben unas aceitunas y chupito de pa tomaca líquido, magnífico para abrir boca. Acidez, frescura, texturas sencillas y agradables.

Nos decantamos por menú degustación maridado. Decir que todas las raciones son MUY generosas.

Empezamos con Paquetitos de espinacas con piñones, espuma de queso de cabra y bacon. Riquísimas las espinacas parecían haber sido salteadas con el mismo mimo y sabiduría con la que lo hace la abuela, la pasta filo fina y crujiente, el toque de innovación lo aporta la espuma, que siendo ligera daba consistencia al plato.
Dido 2006; tremendo vino que acompañó de forma insigne.

Continuamos: Carpaccio de pato con lentejas y parmesano, la combinación de lo mas curiosa y acertada, aliña un deliciosa emulsión de aceto balsámico sobre con un fondo frutal.

El pan es artesano,se sirve caliente en crujientes rebanadas.

Pasamos a una ternera guisada con setas, que dejaba a su paso una melosidad inusitada, acompañada de verduritas y una reducción del propio jugo de la carne, un plato contundente bien logrado.
Gobe 2005, el vino tiene las características necesarias para aguantar la carne, haciendo otra vez una buena armonía.

Tabla de quesos; selección de cuatro distintos: En esta ocasión, tres nacionales y un internacional. Se sirven con un dulce de membrillo, avellanas y pasas.
Font de la Figuera blanc 2008, lamentablemente aquí el vino era el antimaridaje. Ni por estructura, ni textura, ni potencia de los quesos. Un fallo de muy fácil corrección, merece la pena pagar un poco mas y que los quesos sean acompañados por alguna joya/ rareza enólogica.

El postre sorprendente; texturas de chocolate - finísimo bizcocho , cremoso y teja- acompañadas por dos esferificaciones una de mango y otra de fruta de la pasión. Riquísimo!!!El chocolate daba mucho juego en sus 3 versiones tanto por texturas como por potencias del cacao. Para limpiar y aportar acidez las esferificaciones y unos chips de piña que crujían en la boca como colofón a una fiesta de sabores y sensaciones.
MR 2007, el vino es de lo mejor RCP – me encanta- pero para éste postre no funciona, el chocolate se "come" al vino. La copa utilizada, tampoco me pareció la más acertada y la cantidad servida, solo en este vino, fue minúscula.

El personal es amable, entiendo y se agradece, que se trate de un servicio desenfadado, es lo que corresponde en un lugar así. Mas se echa MUCHO en falta un sumiller que sepa defender y seducir – prudentemente - a los peregrinos que visitamos Priorat, enoenamorados de la zona a los que nos gustaría escuchar historias de vino.

Café muy bueno petit fours y Gin & Tonic de Citadelle, perfectamente bien preparado.

En definitiva se trata de un sitio mágico, donde el vino es protagonista, el entorno cautiva y la cocina se defiende con brillo propio. Todo un placer y una obligación cuando se visita Priorat.

A la reflexión: Cada una de las sillas es de forma, color, diseño y tamaño distintos… como distintas somos las personas que nos sentamos en ellas…

Estuve hace poco por el priorat y me comentaron que el chef de este magnifico restaurante se va. Espero que no sea así porque es el lugar con mayor encanto y calidad de toda la zona. En alguna ocasión he tenido el placer no solo de degustar su original y siempre sorpresiva comida, sino que también puedes tener el privilegio de ser atendido por René o Sara, los propietarios!!...sin comentarios

Se trata de un restaurante de dimensión familiar (por lo menos en Junio). Esto es, 4-5 mesas y tres personas en total (el sumiller, la camarera y el notable chef de origen oriental). Está situado en una pequeña aldea como Gratallops (donde nos hospedamos) y a escasos metros de las viñas y bodegas de los “reinventores” de la DO, Alvaro, Rene y Pastrana. Justo frente al restaurante se encuentra la bodega de Alvaro Palacios, donde sube un camino que recorre la viñas de Rene Barbier a la izquierda (Mogador/Manyetes) y Alvaro Palacios a la derecha (Dofí/Terrasses). Fue un placer recorrer los viñedos salpicados de olivos estratégicamente plantados.
La tarde anterior estuvimos charlando en la terraza con el joven y amable sumiller argentino. A la noche siguiente, tomamos un menú degustación maridado y delicioso. Muy recomendable experiencia. Constituye una excelente muestra de conjunción entre los rústico y lo sofisticado. Para repetir…

Muy recomendable, uno de los pocos de la comarca con cierto nivel.
no os lo perdais

Bien, es fácil seguir la inercia de los comentarios anteriores positivos.
Entrantes de bienvenida deliciosos gazpacho de tomate y fresas, ensalada con gran variedad de plantas, ventresca sabrosa y en su punto con butifarra del perol y setas y Presa de cerdo ibérico con escalibada de fantasía.
Los postres sabrosos y acertados.
Para beber tomamos Solanes 2002 y Clos Martinet 2004 y 2005 realmente estupendos para acompañar una comida magnifica por su elaboración y servicio.

He estado varias veces en Irreductibles,quando aún havia carta y eso se supone altos y bajos ,hoy he vuelto y me quedé sorpreendido con el menú, primero dos aperitivos: uno de foie ( el sommelier con tacto , nos aconsejo la cerveza Rosita) y otro un helado de salmorejo con porexpan de gambas , de primero ensalada con cerezas naturales y un papel film ( comestible ) de maria lluisa que nunca haviamos probado ( Tomamos SantBru 07 blanco, estupendo), . De pescado Ventresca de atum con butifarra y setas ( camargrocs y otras de cultivo creo que cardo) este con ( Clos Nelin 04 ) , de carne havia Ternera estofada ( carrileras ), que no nos apetecia y prontamente Ricardo cambió por Presa de cerdo ibérico, que ojo estava en su punto sangrando, com uma escalivada preciosa. Tomamos Clos Mogador 2003, sin palabras !!! ( y de postre cremoso de té verde con frutas em texturas y pimienta Rosa ( de vício!) ,( Con un vino estupendo Molino Real) para los cafés nosotros no esperavamos, Ricardo nos trajo sus locuritas de pastelaria, un huevo frito, music , pan amb vi i sucre y sandia crujiente . En mi opinión hai trabajo,amor y ganas, eso se ve en los platos. Maravilloso!!!!

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