Abierto hace unos pocos meses, es un local que frecuenta mi hija con sus amigos. Es normal. Está relativamente cerca de casa, va justita de dinero y por unos cinco euros sale cenada. Y hoy también estaba lleno de estudiantes y jubilados, amén de alguna que otra familia con aspecto de no andar muy sobrados. Muchísimo ruido que apenas dejaba oir cómo cantaban tu nombre para recoger el pedido. La comida... pues baste decir que lo que más me ha gustado ha sido el momento de irnos (sigh!). En fin, cuatro montaditos y una clara de medio litro por 5,50€, ya que los miércoles y los domingos hay promoción de (casi) todo a un euro. Servicio inexistente, sin manteles ni cubiertos, mesas enanas y taburetes incómodos. Encima, estábamos en el sótano. El anticlímax de cualquier aficionado a la buena mesa. Pero como reza el refrán: tiran más dos tetas que dos carretas. Y anoche elegí yo el restaurante. Y la noche del domingo es criminal en BCN. Todo sea por tener contenta a la parienta :-)
A pocos metros está el Moma, bastante mejor que éste y no demasiado más caro. Y si no, a comer a casa, que no sale tan barato pero seguro que está mejor.
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