Ayer pasamos un rato muy agradable en el restaurante Roca Moo.
Elegimos el menú Joan Roca, pero no hicimos el maridaje debido a que todos los no todos los comensales eran partidarios de hacerlo, nos decidimos por un III lustros de Gramona del 2006.
Os detallo el menú:
-Entrantes.
-Mouse de foie con reducción de Pedro Ximenez.
-Gelé de setas de temporada y su crujiente.
-Velouté de moluscos al aroma e azafrán y toques marinos.
-Ravioli de rabo de buey con gamba de Palamós.
-Rodaballo salvaje, crema de lentejas amarillas, yogurt y curry.
-Pato canetón con manzana, sidra y calvados.
-Cordero asado a baja temperatura, rúcula y carbonara de trompetas de la muerte.
-Textura de piña y helado de queso de Mahon.
-Chocolate, hinojo, regaliz, Grand Marnier y remolacha.
Un menú espectacular, de todos los platos los que han tenido menos fuelle para nosotros han sido el rodaballo y el postre de chocolate, pero todo lo demás estaba exquisito. A destacar: la velouté llevaba una hoja con sabor a ostra y bizcocho de tinta de calamar; y el ravioli de rabo de toro delicioso !!!!.
En la comida un 10, como puntos menos positivos y/o anécdotas: las velas de la mesa no querían encenderse, en mitad de la comida se fundió un foco y al entrar no nos ofrecieron servicio de guardarropía, pero a parte de estos pormenores nos lo pasamos genial.
No me importaría repetir ya que reitero que el menú es excepcional.
Cordero asado a baja temperatura, rúcula y carbonara de trompetas de la muerte
Ravioli de rabo de buey con gamba de Palamós
Velouté de moluscos al aroma de azafran y toques marinos
Buena sorpresa en este peculiar local, medio abierto a la recepción del hotel. Cocina abierta a las mesa donde configuran el final de los platos. Nos decantamos por el Menú Degustación Joan Roca.
Los platos fueron:
- Snacks iniciales de aperitivo
- Terrina fría de esparragos blancos y trufa
- Tortilla cremosa de calabacín y chipirones a la brasa
- Raviolí de cola de buey y gamba de Palamós
- Lenguado Mediterráneo con emulsiones de oliva verde, naranja, bergamota, piñones e hinojo
- Espalda de cordero con puré de ajos negros y manchego
- Pichón con frutos rojos
- Texturas de limón
- Plátano, ron y especias
Espectacular la terrina de esparragos en sabores y en la diferente sensación frio de la terrina con el calor de la yema del esparrago. Las emulsiones del lenguado magnificas, en sabor, presentación y texturas, el pescado, demasiado sencillo, podría haber sido de mejor calidad. Todos los platos a muy buen nivel.
Bebimos un Finca Malaveína, un Talarn durante los platos y para el postre probamos 4 vinos dulces un Domaine de la Rectorie 11, Quevedo 1995 (Porto), Cypres du Climens 2010 y un Spatlese dulce de Kesselstait. Cafes, agua y para acabar un GT en la terraza del Hotel con una vistas espectaculares de la terraza de La Pedrera
Impresionante cocina la de este restaurante. Marcada por la elegancia, la creatividad, la excelente finalización y la sorpresa. Magnífico menú de 110 euros con snacks , 6 entrantes y segundos y dos postres.Nos fascinó la terrina fría de espárrago, refrescante, con excelente y difícil estructura, rememorando al espárrago sin cesar, depuración técnica, sutil, única. Curioso plato de pescado, dónde quizás fallo el pescado( lenguado anodino), es lo principal, pero su presentación e intención de maridar con 5 cremas distintas acabará cuajando y triunfando. Magnífico y delicioso postre de texturas y cítricos, algo que no había probado hasta ahora, cargado de fuerza y de sutilidad. El resto del menú a un altísimo nivel y con un denominadores comunes: técnica, elegancia y sutileza. El marco muy bueno para ser un hotel, moderno, dinámico, con una gran terraza a disfrutar en la azotea del hotel. Buena carta de vinos, muy cara pero con opciones y un servicio correcto, aséptico y algo distante. distancia y apariencia en la linea del servicio que no me gustó. Buenas intenciones que no sentí acompañadas de esa dedicación y personalización al cliente que a todos nos gusta. Demasiadas sonrisas y buen aspecto y demasiadas ocasiones en las que se da la espalda al comensal.Prefiero servicios no tan perfectos pero mucho más integrados con el cliente.No obstante, el restaurante triunfará más
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