Y mira que Chicote no es santo de mi devoción pero teniamos ganas de ir. El sistema de reservas no se adaptaba muy bien a lo que nos suele encajar ya que por una parte los sabados y domingos están completos a dos días vista y por otra parte no se reserva en la franja de las 13,30 a las 15,30 lo que hace que haya que acudir a comer a horas algo tempranas o tardías. Pero como dicen en la web que dejan 1/3 libre para quien vaya sin reserva, decidimos tantear el sábado a las 14:00 y bingo ¡¡¡ quedaba una mesa para dos personas.
Nos atendíó todo el tiempo un camarero llamado David que fue extremadamente atento y al que felicitó por todo lo que nos explico de la carta y nos aconsejó.
No voy a describir el lugar porque ya se ha hecho aquí. Me gustó. Informal pero correcto.
La carta es variadísima sobre el papel y la carta de vinos es aceptable. No tuvimos suerte con el vino ya que pedimos el 7 Fuentes ( que tiene una buenisisma distribución en Madrid y se ve en muchos sitios) y resulto con un olor a sulfuroso que pensamos que se iria pero nos acompañó toda la comida. Reconozco que soy especialmente sensible a este olor. No lo comentamos porque no era demasiado patente y el vino se dejaba beber aunque yo no lo disfruté al 100%.
En cuanto a la comida y ayudados por David, pedimos:
• Atun con miso rojo: Excelente
• Patatas en tempura. Divertidas
• Berenjenas rebozadas. Ricas
• Pollo picante. Bueno
• Entrecostilla de waygu. Bueno
• Albondigas de pollo picantes: buenas
Todo son pequeñas raciones que no pasan de 4-5 euros y que se comparten perfectamente. Nos gustó todo y repetiremos.
Por poner un “pero” quizá abusen en demasia de sabores dulzones o tipo salsa agridulce o barbacoa. Tambien puede ser que justamente pedimos platos que llevaban este tipo de salsas.
Volveremos ¡¡¡