Había estado un par de veces o tres en este restaurante y la verdad es que, sin ser un sitio muy pretencioso, nunca falla. El local no es muy cómodo (mesas pequeñas, taburetes estrechos...) pero la decoración es agradable y tiene un punto acogedor. Se bajan unos escalones para entrar y tiene amplios ventanales que dan a la calle Arizala, pero al quedar a un nivel algo inferior no te sientes muy observado.

Tomamos unos nachos (correctos, 4 eur) con salsa de queso y jalapeños. Una quesadilla (sin picante, 4 eur), unos sandwiches "jefe", de pollo, diría que mayonesa, tomate y ensalada (sabrosos) y por último unos tacos de ternera con verduras con salsa picante. (5,5 eur) Quizá la tortita algo pequeña para la ración. De postre, compartimos una "muerte por chocolate", una especie de tarta Sächer (correcta, acompañada con nata y sirope de fresa).

Para beber compartimos una botella de Cune Rioja crianza (11 eur), aprox. el precio en tiendax2. Es un sitio para cervezas, pero a mi compañero le tira más el vino. Temperatura correcta y copas de batalla aunque no diminutas.

Resumiendo, comida mexicana (quizá no la más auténtica) a buen precio donde puedes cenar un sábado quedándote lleno por 20 euros escasos. Camarera agradable aunque su compañero no tanto.