Los que dicen que nunca segundas partes fueron buenas, se equivocan.
En esta ocasión y de nuevo bajo la tutela de los amigos Paco y M. Luisa organizadores del acto, un grupo de amigos veremeros nos dirigimos al Rinconcito del Espino de Barcelona, donde nos pusimos en manos de su propietario Domingo, un leonés de pro que además de ejercer como tal, nos ha traído a Cataluña un pedazo de su tierra y de su gastronomía.
Nos prepararon una mesa amplia y pusieron a nuestra disposición toda la parafernalia necesaria para el disfrute de los vinos que habíamos traído de sobaquillo, alguno de ellos como seguramente comentará algún compañero, enviado especialmente de unas bodegas leonesas para la ocasión.
EL motivo de la quedada y como por su nombre habréis adivinado, no podía ser otro que comernos un "Botillo del Bierzo", que es lo que podéis ver haciendo chup, chup, chup,....... y para nuestro deleite, esperando ser emplatado y servido en nuestra mesa.
El Botillo es un plato único, que no requiere de más acompañamientos, así que simplemente unos pequeños entrantes para ir abriendo camino,
Que por fin dieron paso al…
BOTILLO. Rico, sabroso, potente....
Por si no habéis visto bien. Pero potente de verdad....
Con sus patatas y sus legumbres.
El postre:
Y uno que ya está un poco afrancesado, pidió la botella de Grand Marnier y unas cerillas, que los creps sean franceses o castellanos viejos, flambeados ganan mucho.
Para beber:
Pues esto. Y esto. Espero que alguno de los compañeros más entendidos que yo en temas vinícolas, amplíen la información.
Un paseíto de 15 minutos hasta la cercana estación de Sants para coger el AVE que nos llevaría a Girona en 35 minutos, completó la jornada y empezó la larga digestión botillera. La cena de los compañeros con los que he hablado, consistió en varios vasos de agua, alguno de ellos acompañado de sal de frutas.
Y ánimo que ya falta menos para la III edición.