Los de Bilbao solemos decir cosas como que nuestra ciudad es el centro del mundo, que Nueva York no deja de ser un pueblo y “bilbainadas” del estilo. Pero si hablamos con uno de Santutxu (uno de los barrios más poblados de Bilbao) dirá que su barrio es el centro de Bilbao y por extensión, del mundo. Pues allí, en el centro de Santutxu, en el particular “Times Square” que forma la unión de las calles Iturribide, Zabalbide y Santutxu se encuentra este restaurante que casi pasa desapercibido al estar ubicado en una pequeña plaza.

Local tradicional y “peculiar” donde los haya. Tradicional porque allí acuden los de toda la vida a tomar su pincho de pulpo con un buen albariño, a jugar la partida de cartas o simplemente a buscar conversación y pasar un rato entre los suyos. Y peculiar debido a la afición de su propietario, Antonio Cabana, que desde hace 40 años no hace más que coleccionar objetos relacionados con la hostelería y una parte de ellos los tiene expuestos en el local…ediciones limitadas de vino, brandy, vasos curiosos…todo lo que uno pueda imaginar y lo que no.
A nuestra llegada, lo primero que llama la atención es la cantidad de botellas de vino, brandy y whisky que abarrotan cada rincón del local. Muchas de ellas de añadas imposibles y otras muchas de las que se pueden beber en barra o disfrutar regando la gastronomía del local.
La barra no se queda atrás y presenta un aspecto impactante…quisquillón, pulpo, centollos, bueyes, percebes, todo de aspecto muy fresco que invita al picoteo disfrutando de cualquiera de los vinos que adornan el local.
Nos ubican al fondo del comedor que tiene forma de “L”. Decoración tradicional, con cuadros de los motivos más variopintos en las paredes. Mesa vestida con mantel blanco y sillas de madera, algo incómodas para gente grande como yo.
Vajilla, cubiertos y cristalería correctos.

Cena anual de antiguos compañeros de trabajo. Yo no había estado nunca antes en el local pero uno de mis acompañantes lo conocía por haber comido y cenado en varias ocasiones y fue él quien organizó la cena (gracias Sergi). Guiados por su criterio, había concertado con antelación un menú de los muchos que tienen en la página web, al que había añadido una chuleta al ajillo teniendo en cuenta los 4 glotones que nos juntábamos.

A continuación detallo y explico lo que degustamos durante la cena (4 comensales con mucho hambre):

1-ENTREMESES VARIOS (presentados en la mesa antes de nuestra llegada, todo para compartir):
**LOMO IBÉRICO: presentado en un plato, buena ración, cortado fino. Buen lomo con buen sabor.
**JAMÓN JABUGO: presentado también en un plato, también buena ración. No estaba cortado a mano pero estaba cortado fino. Buen jamón, de esos que les das vueltas y no pierden sabor, con el picorcillo característico de los buenos jamones.
**ESPÁRRAGOS ESPECIALES: 8 unidades presentados en un plato. La verdad que de especiales no tenían nada, poco grosor, en boca se notaban los hilos (fibras duras) del exterior del espárrago. No dieron la talla como buen producto.
**PIMIENTOS DEL PIQUILLO CON ANCHOAS: presentado un plato para compartir. Lo sirven templado. Rico sin más.
(Ver foto)

2-PARRILLADA DE MARISCO (una para cada dos comensales, cada una de las bandejas contenía lo siguiente):
**BOGAVANTE. Estupendo tamaño. Muy rico.
**CIGALAS. También tenía un buen tamaño. Yo no soy mucho de cigalas, me gustó pero sin más.
**LANGOSTINOS. No eran muy grandes pero estaban buenos, quizá un poco pasados de plancha para mi gusto.
**GAMBAS. Ricas aunque estaban demasiado pasadas en plancha.
**ALMEJAS. Pequeño tamaño, buen sabor.
**NÉCORAS. Tampoco soy mucho de nécoras, pero estaba muy buena.
Como curiosidad, al servirte la parrillada, la flambean con coñac (creo) y se monta allí un espectáculo digno de ver. (Ver foto)

3-CHULETA AL AJILLO: servida al centro de la mesa en bandeja de porcelana. Cama de patatas fritas sobre la que se asienta los trozos de carne al ajillo, todo ello rodeado de pimientos verdes pequeños. Muy buena ración, buena carne sin gordos ni nervios, como a mí me gusta. El sabor de la carne con el ajillo era para mí era exquisito. Disfruté mucho. (Ver foto)

4-POSTRE: yo elegí postre de la casa, que venía a ser una degustación de todos los postres. Incluía tarta de arroz con leche, tarta de chocolate, flan casero, piña y bola de helado de vainilla. Todo muy tradicional pero rico…no quedó nada.

El menú llevaba incluido un albariño para la parrillada y un vino tinto para el chuletón. El vino del marisco fue un Albariño VIÑA SOBREIRA, D.O. Rias Baixas, servido en copas correctas. Temperatura adecuada, refrigerado en cubitera de gel durante la cena. Me pareció un vino bastante bueno, bonito color amarillo, afrutado, me gustó bastante.
El vino tinto que acompañó a la carne fue un tinto Rioja crianza 2010, GLORIOSO. Se realiza cambio de copas respecto del albariño, servido a temperatura adecuada. Es un vino que había probado en alguna ocasión anterior, está bueno pero no me entusiasma.

Se sirvió pan artesano (trozos de barra, no bollitos) que estaba rico.

Servicio de mesa correcto, atendido por la señora que regenta el local. Tiene los tiempos de servicio cogidos por la experiencia que atesora y todo fue rodado. Pendiente de lo que pudiéramos necesitar con un trato directo y cercano, como dicen ellos, de tú a tú.

La cena se completó con varios cafés. Yo tomé en esta ocasión un descafeinado que estaba bueno.

La cuenta ascendió a 240,24 € Iva incluido.

Local tradicional, de los de toda la vida, que nadie espere florituras. Sirven en mesa trato cercano y buen marisco a un precio comedido. Interesante para pegarse un buen homenaje a marisco sin pagar primadas.
He disfrutado de la cena pero siempre he disfrutado más de las mariscadas que de las parrilladas, ya que para mi gusto, la parrilla siempre suele restar jugosidad al marisco y además suele quemar algunas partes de las cáscaras que producen un amargor en boca que no me llega a gustar. Volveré en otra ocasión a probar la mariscada…eso sí, a la mariscada le sumaré la chuleta al ajillo para asegurarme que no me lleve el viento.