Local de cocina japonesa con un restaurante, un lounge y un bar moderno, intentando integrar la cocina tradicional japonesa en un ambiente de atmósfera elegante y moderna. Su slogan en la tarjeta de visita: “Las tradiciones son para romperse” ya lo dice todo. Luces tenues, suelos de mármol y mesas de madera de roble y música moderna no muy alta, terminan creando un ambiente amplio y moderno pero sin estridencias. Me dio la sensación de ser el clásico local que ahora se denominan de “estilo de vida”, para ver y ser visto.
Recepción perfecta por parte de señoritas “muy monas”. Servicio perfecto llevado a cabo por jóvenes muy atentos. Sin embargo, la despedida me resultó muy fría.
Carta centrada en la cocina japonesa con bastante oferta de sushis, sashimis, makis y temakis. Se me hizo demasiado corta en el apartado de "principales".
Sin atenciones especiales ni antes ni después de la cena.
Cena para una persona:
- Niguiri Toro: 2 piezas del vientre del atún, finamente veteado. Excelente preparación y de sabor reconocible.
- Niguiri Hiramasa: 2 piezas del lomo del pez limón, de sabor más refinado. Como antes, excelente preparación y materia prima.
- Tori Toban Yaki: Tacos de pollo de corral salteado con un surtido generoso de setas silvestres. Plato muy sabroso cocinado y presentado en el tradicional toban (una especie de sartén de material cerámico).
- Passion Baba: Una especie de bizcocho empapado ligeramente de zumo de fruta de la pasión y quizás de algún licor y coronado con un sorbete muy agradable de piña macerada con lima. Al lado, otro sorbete demasiado helado de coco y lima. Conjunto resultón pero nada más.
En cuanto al servicio del vino, carta no muy extensa pero bastante interesante incluyendo docena y media de champagnes y variedad de vinos dulces, vinos blancos y tintos de múltiples procedencias, especialmente francesa (Chateau Latour, Chateau Pétrus) e italiana (Sassicaia, Tignanello), además de chilenos, sudafricanos, australianos y hasta incluso portugueses. Aquí debe haber alguien con cierta devoción por los vinos, aunque estos se encuentran a unos precios inaceptables para mi bolsillo. Además se completa con una buena oferta de sakes y cócteles. Puede observar un excelente servicio a mi alrededor, llevado a cabo por lo que me pareció un sumiller. Para no variar en estos casos, solo bebí agua.
Precio total: 55€ (incluidas tasas y botella de agua de 1 litro a 4.50€).
Nota: El precio por persona indicado es lo que estimo que costaría comer en este local con tasas y servicio incluidos y sin bebidas
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.