Antes de nada, explicar a los demás usuarios de Verema que no se molesten en seguir en clicar en el link a la página web de restaurante Numero 11, ya que éste no existe.

Pero vamos a centrarnos en describir el negocio físico en sí.

Concí el Numero 11 cuando se encontraban en Marqués de Campo, la calle principal de Denia.
Asistimos mi familia y yo a ver uno de los partidos proyectados sobre la pantalla ubicada sobre la ventana de salida de platos de la cocina.

Nos recibieron con unas salchichas holandesas como agasajo con las bebidas.

Metidos en el partido, pedimos cuatro hamburguesas, nada del otro muno, pero que por sus 14 euros/unidad esperábamos fueran dignas de recordar.

A pesar de que el local no estaba lleno y que la mayoría de la clientela sólo estaba tomando cervezas mientras veía el partido, el personal de cocina estaba saturado.

Frank, el propietario, no dejaba de azuzarles a través de la ventana (muy desagradable que los clientes puedan ver ese trato hacia el personal), interrumpir el trabajo del personal de barra sacando él algunas comandas, y todo mientras intentaba dar conversación a los clientes (obviamente poco interesados en charlar pues querían concentrarse en el partido).

Salieron dos de las cuatro hamburguesas. La camamrera que nos atendió se disculpó porque las otras tardarían otros 5 minutos. Y pasaron 20.

Quise hablar con el propietario para exigir un descuento y explicarle un par de cosas sobre cómo tratar a los clientes, pero ya se había escabullido.

No es de extrañar que con el ambiente enrarecido que se respiraba, acabara por terminar el propio dueño, solo, en la cocina. Sin mencionar que las caras nuevas de camareros se sucedían cada semana.