Segunda entrega de las visitas al callejón de Puigcerdá en las noches de agosto para cenar en sus terrazas al aire libre, porque en julio siempre estaban completos, algunas ventajas (limitadas) de estar trabajando mientras el resto del personal disfruta de sus vacaciones.

Situado donde antes estaba el afamado “El Amparo”, tienen una pequeña terraza, cuyo espacio tienen muy optimizado, por lo que las mesas de 2 están bastante juntas, pero que tienen muy bien ambientada, por lo que visualmente es un espacio muy agradable para una cena con buen tiempo.

Cocina de mercado, con un producto y unas elaboraciones bastante razonables, para un restaurante que lleva la etiqueta de estar de moda. Respecto al precio, no es barato, pero tiene unos precios adaptados a lo que oferta en un sentido amplio, alrededor de los 50 €. El servicio es amable y eficiente.

La carta está estructurada alrededor de 4-5 propuestas por cada bloque (entradas, ensaladas, pastas y arroces, pescados, carnes y postres) que se ve en una sola página. La oferta de entrantes puede parecer algo corta (tartar de atún, huevos con patatas paja, espárragos trigueros, terrina de foie y anchoas). Luego vi que en otra mesa sirvieron otras cosas, que llaman “Pica Pica”, que al parecer ofertan al otro lado de la página del menú (hay que darle la vuelta). Con los vinos sí me di cuenta que había que voltearla para encontrar los blancos. Así que si hubiese dado la vuelta, entonces sí que se puede disfrutar de más opciones y a lo mejor habríamos ordenado alguna otra cosa: Salmorejo, ensaladilla rusa de langostinos, plato de jamón, plato de quesos del mundo, croquetas de jamón de york y huevo, tortillitas de camarones , mini hamburguesas de rabo de toro, lomo de carne roja fileteado con patatas al horno, cucurucho de anguila y aguacate (unagui temaki) y rollo de atún crujiente.

En todo caso nos quedamos satisfechos con los que comimos y acertamos, especialmente con los pescados:

*Espárragos trigueros asados con sal gorda, aceite de limón y lascas de parmesano (12 €). Buenos espárragos, cocinados en su punto. Muy buena combinación con el queso.

*Huevos rotos con patatas paja y jamón de bellota (13 €). Cuajaditos, servidos con forma de cilindro, con 4 lonchas de un jamón bastante correcto.

*Raya al horno con mantequilla tostada, alcaparras, perejil y limón (18 €). Muy sabrosa, plato muy recomendable.

*Pargo de Tarifa al horno con romesco, espaguetis de verduras y perrotxicos (23 €). También muy buena elección. Buena pieza de pescado, que combina excelentemente con el romesco y las verduras muy bien pochaditas.

Ya no quisimos postre y fuimos a los cafés. Para terminar nos tomamos unos Gin Tonics (Mombasa y Gin Mare) a 14 € cada uno (insisto en mi comentario de haber si ya se pone el vodka de moda y ponen a los GTs a precios más racionales). Al menos los preparan bien, sin estridencias. Y ciertamente ayudaron a disfrutar de una buena sobremesa en una terraza muy agradable (según iba quedando mesas libres, iban acomodando a gente que estaba en el comedor interior).

La comida la acompañamos con un riesling, correcto y agradable, pero intuyo que algo de sobreprecio: Rebenhof Riesling Trocken a 24 €. La carta de vinos es corta, pero variada.

Con un par de copas de cava (Agustí Torello, 6 €) de aperitivo, la cena salió por 138 €. El precio por persona indicado, excluye los Gin Tonics.