Pues después de una magnifica comida en Cobo, algún que otro gin-tonic y algún vinito, llego la hora de cenar y siguiendo las recomendaciones de los profesionales de la zona, me acerque hasta este local.
Según entras ves enseguida que es un local de gente joven, mucho ambiente, en la barra una vaporera y poca cosa mas para atender a la gente que come en barra o en las mesas cercanas, bajando unas escaleras entras en el comedor, aquí tienes que reservar uno de los dos menús que tienen, en la otra zona es mas tapeo y ricas raciones, en la del comedor tienes otra cocina a la vista.
Nosotros escogimos el menú degustación 7 pasos, como nos gustaba un plato del otro menú más sencillo, tuvieron el detalle de ponérnoslo de aperitivo.
Y así empezamos por un aperitivo de calsots crujientes rellenos de yema de huevo, acompañados de su crema trufada y espuma de salmorejo, original y rico aperitivo.
Además la tapa del menú, tosta de pan de pita con ragu de liebre al tikka masala de yogurt y tomates cherrys semisecos, muy original tambien, y fresco sabor.
Dúo de alcachofas, una confitada, con cresta de gallo, sobre crema de foie y oporto y flor de alcachofa frita con huevo de perdiz a 65º y trufa rallada, buena elaboración, vamos bien.
Continuamos con baozi al vapor de plancton relleno de guiso de sepia en su tinta y mayonesa de bergamota, sabroso y colorido.
Congrio en escabeche caliente de mejillones miso y leche de coco, acompañado de verduras en tempura, sencillo producto, llevado al máximo sabor posible.
Como final salado morcillo de ternera, sobre boniato asado relleno de queso de pasta blanda, glaseado al momento y acompañado de remolacha en texturas, aquí después del día que llevábamos, ya estábamos reventados.
Dulce , tarta de ruibarbo , acompañada de bienmesabe y helado de almendras garrapiñadas y servido a la vez , caña de guines , crema de chocolate , café y cerveza negra con aire de leche reducido , y un churro de café para untar , originales , para a estas alturas , ya el paladar no pitaba , estaba hastiado de tanto devaneo .
Para beber un Leirana del amigo Rodri, a 18,5€ y un Eidos ermos, al mismo precio, ambos del 2015, me gustan mucho.
Servicio joven y muy profesional, preocupados en todo momento que todo fuera perfecto, se tardo un poco al final y se disculparon, ese día el local estaba a tope y les faltaba una persona, aunque insistieron en que no tenia disculpa.
Cocina divertida, sin complejos, sin agobios y a buen precio 32€ final, quizás, una pena el día tan “trabajado” que llevábamos, se merecería otra visita mas descansada.
Situado en una calle a pocos metros de la Catedral, éste Restaurante sorprende (positivamente en mi opinión).
En primer lugar porque no se trata de los típicos Asadores que hay por la zona y en segundo por la filosofía y el tipo de comida que tienen.
El local no sé cómo definirlo. Es bonito, con decoración "diferente" pero con mucho gusto y muy acogedor.
La carta/menú es muy escasa, pero tiene una explicación: Solo utilizan alimentos de temporada, y elaboran platos muy concretos, por lo que la carta se reduce bastante. Pero eso no representa un problema, porque hay suficiente oferta como para satisfacer todos los gustos.
El tipo de comida (de mercado) está muy elaborada y exquisita. Nos encantó.
Fuimos 6 (4 adultos y 2 niños) y cada uno comió una cosa, y a cuál más buena, elaborada y muy bien presentada. Todo de menú menos el vino (menú de 15 eur).
Una escalivada extraordinaria (y como catalán que soy lo digo con conocimiento de causa ...)
Un balacao al pil pil impresionante, un entrecot que se deshacía, en fin, todo perfecto.
Variedad de panes (todos excelentes).
El vino, servido con buen estilo cuidando los detalles y a una perfecta temperatura. Opté por un Rioja (si si ... en Burgos un Rioja). Un Vilarrica Crianza 2010. Me pareció excelente (aunque tal vez el año que viene todavía estará mejor para tomar).
En definitiva, comimos estupendamente bien, a un precio más que razonable y con un servicio y entorno muy detallista.
Para volver.