El Marynton es un clásico de la ciudad de Benicarló, situado en el mismo Paseo Marítimo, a cuatro pasos de la lonja y el puerto de la ciudad.

El restaurante está ubicado en el hotel que lleva el mismo nombre y que es también uno de los de siempre.

El bar-cafetería está situado en el semi-sótano del edificio, y el restaurante en la planta baja, un poco elevado sobre el nivel de la calle, y se accede al mismo por unas escaleras. El local es de corte muy clásico, apenas renovado, con paredes enchapadas en madera, cortinas con bando de ondas y tapicería ligeramente aterciopelada. La separación de las mesas es adecuada para garantizar la intimidad y la tranquilidad en la comida. La mantelería, cubertería y cristalería son adecuadas.

La calidad de la cocina ha sido siempre conocida, y he podido disfrutarla en mi pasado pre-Veremero, pero últimamente el restaurante se ha re-inventado, ofreciendo una preparación de los platos más cuidada y atractiva, lo que permite potenciar aún más si cabe esa calidad en la materia prima y en su manejo.

Fuimos a probar el menú de festivos por una comida familiar, excelente en RCP y que nos sorprendió gratamente.

Como entrantes probamos el Melón-Txacolí con Jamón de Cebo, plato muy bueno pero sin complejidad, con el melón cortado de manera cilíndrica. El segundo entrante fueron las fresas e higos con queso brie, el contraste acidez (fresas), dulzor (higos) y untuosidad (queso) muy interesante, aunque también plato dependiente de materia prima. El último entrante era la mini-hamburguesa de Ibérico con pan de Curry, que aunque buena, quizá sería prescindible en este menú.

El siguiente plato fue el atún rojo con micro brotes y escarola con reducción de soja y pistachos, un plato con el que disfruté por su carácter oriental. La elaboración fue excelente y si tuviera que ponerle un pero es el atún, que quizá un poco menos cocinado quedaría genial.

El siguiente plato fue el nido de tallarines negros con vieira a la plancha, rape crujiente y crema de coco. Excelente, bueno, perfectamente elaborado.

Finalmente terminamos con un all i pebre de marisco (sepia, mejillones, almejas, langostino y gamba) muy muy recomendable. Muy bien elaborado. Plato típico mediterráneo y con amplia experiencia en su elaboración en este restaurante.

De postres me decanté por el helado de mandarina, pero porque ya he probado en otras ocasiones el tan conocido 'suspiro de moro'. No dejéis de probarlo si lo visitáis.

La comida bañada por un Valdelana de la casa.

En términos generales es un sitio recomendable para visitar, dejar atrás lo clásico del local y centrarse en la cocina. Esperemos que esta divergencia se solucione en el futuro con algún lavado de imagen, aunque no existe precisamente una coyuntura favorable.