Restaurante Casa Garras en Valle de Carranza
Restaurante Casa Garras
País:
España
Provincia:

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Precio desde:
75,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
No cierra
Nota de cata PRECIO MEDIO:
76 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.2
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.0
Comida COMIDA
8.1
Precio medio entorno ENTORNO
6.0
RCP CALIDAD-PRECIO
8.5
Opiniones de Casa Garras
OPINIONES
8

Acudo por segunda vez a este restaurante, mítico en la zona. Pedimos el menú de las jornadas de buey , un menú de calidad , pero aunque sé que es obvio , para carnívoros , muy carnívoros. Llegué al espectacular chuletón de buey de 3kgs muy saturado, fue una pena , sobró mucho. Encuentro la excelencia en algunos platos del inicio como el steak tartar con tuétano , el carpacio nigiri y el impresionante canelón. Sólo por estos tres merece la pena ir, pero claro cuando llega el superchuletón , en su punto perfecto de ejecución y sal , precedido del guiso de solomillo con salsa perigord y precedido del picadillo con huevo , etc , etc....bufff , no puedo más . parece que lo van ajustando con los años, pero hay que darle media vuelta más , introducir alguna verdura , aunque sea acompañante...Allí se quedaron las excelente patatas fritas con piquillos. Luego los postre...a otro nivle , algo más bajo. Buen servicio, amable y buenos vinos con añadas antiguas. En fin experiencia carnívora única , epro saturante y lo que sobró..

Tercera visita a este local, en esta ocasión atraídos por las jornadas del atún, uno de doscientos veinte kilos, el despiece o ronqueo se hizo el 19 de Mayo, el chef y copropietario del local familiar, Txema LLamosas se encargo de ello.

Si no me equivoco era del mediterráneo, de la zona de Tarragona.

Así que aunque esta a una hora de Bilbao y la carretera por el lado Vizcaíno no esta del todo bien, se puede ir por Cantabria y mejor carretera, pero dado el buen tiempo, por el lado Cantabro, tendríamos demasiado tráfico, eso si como la vez anterior, volvimos por Cantabria.

En esta ocasión mereció la pena, no es que las dos anteriores veces no fuese así, pero en esta ocasión todos convinimos que la experiencia fue sobresaliente, vamos muy bien.

Hay que agradecer a Txema que haga estas jornadas, como las de Buey, me parece que es muy valiente y profesional darle a todo, quizás no le di todo el valor en mis comentarios anteriores , en uno porque pase calor y en el anterior porque el buey no estaba madurado, y ya lo sabia, pues lo avisan, quizás en esta ocasión, dado que todo estaba en consonancia, aprecie mas su trabajo , aunque siempre me ha parecido un chef con muchas inquietudes y profesional , en esta experiencia lo he apreciado mas aun.

Mesa enorme , bien vestida , comedor nuevo , aire acondicionado , servicio de la casa , es un negocio familiar , aunque al ser sábado , quizás algún extra , pudiese haber , las dos chicas que nos atendieron , una de ellas , la hermana de Txema , muy bien , como siempre , profesionales , atentas .

Empezamos con una sopa miso, la base es el caldo dashi, en esta ocasión, como no podía ser menos, con sabor a atún seco, imagino, muy sabrosa y acompañada de un brioche de mantequilla , relleno de estofado de carrillera de atún y tomate con un ligero picante , apenas apreciable , no podíamos empezar mejor , una explosión de sabor , muy bueno .

Ventresca de atún con pan tumaca, una pequeña emulsión de tomate, también ligeramente picante y germinado de mostaza, una lamina de ventresca sobresaliente, combinaba superior con el tomate, seguimos en la línea de sabor.

Tataki de lomo blanco, graso, con un poco de sésamo y un alioli de washabi, los picantes como ya he comentado, así como el wasabi , trabajados para que no enmascaren el atún , muy suaves .

Tartar de atún, mezcla del lomo blanco y el negro, todo ello unido con un poco de mostaza, cebolla roja, tomate fresco y tabasco, aquí si que le hubiese dado un poco mas de picante, pero es para gustos, calidad.

Ventresca de atún con ajo blanco y un salteado de espárragos blancos ecológicos, buaaaa, de la leche, todo, el toque ligeramente amargo del espárrago salteado y al denté, la espectacular ventresca y ya si te chifla, como a mi, el ajo blanco y lo mezclas todo, una gozada de plato.

Sashimi de atún, sobre una emulsión de su jugo y salsa ponzu, alga wakame y bolitas de wasabi, en la línea, muy acertada la emulsión, para darle un toque diferente al sashimi.

Morillo sobre mouse de aguacate, cebolla encurtida, pieles de cerdo insuflado y jugo de pimientos morones, aquí hubo dos bandos, el resto de la mesa no fue muy partidaria de la mouse, si es verdad que el aliñado del aguacate se comía el sabor del morillo de atún, y creo que a alguno no le iba el aguacate, por otro lado yo, que me encanto la mouse, aun reconociendo que se comía el atún, pero fue el único plato en el que paso esto.

Kokotxa de atún confitada en salsa verde, manteca pura y una salsa verde con todo el poderío del sabor a atún, aquí nos volvió a ganar al total de la mesa.

Acabamos con el atún, con la parpantana glaseada en jugo de carne y parmentier de patata, en la línea, muy rico.

Sorpresa , sorpresa , antes de el postre y para romper un poco con el mundo atún , laminas de vaca pinta de Karrantza , sobre dos huesos varias laminas de vaca , muy ricas , muy buena textura y mejor sabor , unas ricas patatas fritas y unos buenos pimientos rojos , toma broche .

Frutos rojos y chocolate blanco con sorbete, acertado postre, la acidez de la fruta con la cremosidad del chocolate te dejaron preparado para los cafes y el gin-tonic incluido en el menú.

El menú de 70€+iva , ósea 77€ , tenia incluido el vino , media botella por persona , de blanco había un txakoli que elaboran ellos , lo tomamos antes de subir al comedor y aunque a mi no me disgustaba , no gusto a todos , así que la comentamos , creo que a la persona que se encarga de el , la hermana de Txema , para cambiar por otro blanco , y nos comento que sin problema , se abonaría la diferencia y ya , de tinto al final recomendado por ella , seguimos con el del menú , un francés , sencillito , pero que fue muy bien con el ultimo plato de atún y la vaca , mirar la foto , si queréis verlo .

Al final cogimos un blanco grifo de Lanzarote, no nos cobraron la diferencia, un detalle, creo que eran tres euros, pero un detalle y como bebimos otra de blanco, esta ya a aparte del menú, lógico, ya nos habíamos bebido dos botellas, nos aconsejo un blanco Quinta de Couselo, fue muy bien con el atún, 23€ y para el postre una botella de Urezti, el dulce de bodegas Itsasmendi 19€ , y ahora que estoy mirando el ticket , el menú es 70€ precio final , no se si se ha equivocado en el cartel del menú o a la hora del ticket , en cualquier caso y aun añadiendo ese 10% , RCP , sobresaliente .

Volveremos a estas jornadas y a las que haga y solo tiene una pega, alguna tenia que tener, la distancia.

Por cierto nos invitaron a otro gin.

.

Casa Garras abrió en Carranza en 1971. Actualmente su tercera generación, Txema y Pilar Llamosas son las cabezas visibles del negocio. Txema en cocina y su hermana Pilar (enóloga) en la sala ejerciendo de maitre. Tanto José Mari Llamosas como su mujer Natividad Orcasitas, padres y segunda generación, están también a pie del cañón. Ella en cocina con su hijo y el padre gestionando la barra en el bar del piso inferior.

Nos encontramos ante una cocina gustosa, sin complejidades y que mantiene el sabor del ingrediente principal. Txema se apalanca en productos de temporada en la mayoría de los casos para proponer platos de fácil reconocimiento gustativo. Combinaciones no estridentes que reconfortan de forma pausada a todos los públicos. Culinaria sencilla, sensata a merced del producto, y con brío y fuerza en salsas y fondos.

Comenzamos con el espárrago con ajoblanco y anguila. Fresco, ligero, un buen principio en el que se reconocen cada uno de los ingredientes. Adecuado.

Seguiríamos con atún rojo marinado sobre su emulsión, salsa ponzu, alga wakame y perlas de wasabi. Un plato de perfecta ejecución, con el pescado ensalzado hacia las alturas con su propia emulsión. Conceptualmente algo fuera de lugar, atún por todas partes.

Sobresaliente es la anchoa marinada sobre estofado de pieles de bacalao y praliné de almendra salada. Con una rebanada fina de pan de centeno resulta un bocado tanto crujiente como ligeramente meloso. Equilibrado y salino pero no excesivamente potente. El pescado azul y los frutos secos o como mezclar dos grasas de forma acertada. Aplausos.

El chipirón relleno del guiso de sus garras y cremoso de tinta es un plato de elevada estética. Saca el máximo rendimiento al producto con tres elaboraciones distintas. Distinguido punto el del cefalópodo, ligeramente acariciado por el calor y de nuevo a través de la salsa el sabor se eleva de forma elegante. Notable.

En esta época del año no podían faltar los guisantes con callos de bacalao y queso. Sensación a clorofila; se ligan con su propia emulsión. Pase gustoso, equilibrado. Acertadísimo.

De excelsa calidad la yema de huevo de caserío con crema carbonara, papada ibérica y queso idiazábal. Plato goloso a más no poder que convence por la vía rápida al paladar. La crema aporta un punto ligeramente etéreo que reduce la contundencia del pase. Para repetir.

El revuelto de perrechicos llama la atención por el color y la textura que consiguen con el huevo. Ni demasiado líquido, ni por el contrario rastro de sólido. Cremosidad a raudales. Al conjunto lo noté falto de sabor a la seta por la incorporación de la panceta ibérica.

También fue del agrado, la merluza a la plancha sobre falso risotto de trigueros y emulsión de coliflor. La musculación del pescado marcada lo cual indica su tamaño y calidad. Punto excelso, aunque se sirve con algo de aceite de más. Acompañamiento vegetal que suma sin restar protagonismo.

Sorpresa positiva la carne de Casa Garras. Probamos unas láminas de solomillo y una chuleta. Ambas provenientes de una vaca pinta sin ningún tipo de maduración. Es más había sido sacrificada solamente hace tres días. Mayor sabor en la chuleta como es lógico, pero el solomillo no le iba a la zaga. Buena urdimbre y punto. Se acompañan de unas patatas fritas excepcionales que nunca están de más. El misterio de la carne y su maduración, el placer de la patata.

De alabar resultan los postres. Se nota la dedicación especial a través de una repostera en cocina. Muy trabajados por su composición múltiple. Fría y lozana es la piña a la vainilla sobre royal de coco, sorbete de piel de limón con crema de leche y granizado de menta fresca. Cumple sobradamente su función. Refresca a través del limón y la menta. Acertadísima conjunción. Bravo.

La panacotta de vainilla con dulce de leche casero, nueces garrapiñadas, crujientes de chocolate blanco y maíz, cremoso de queso y pompas de nata suena a bomba dulce pero les aseguro que no es así. Se encuentra en el límite pero sorprendentemente no empalaga. Seguramente debido a esos toques lácteos bien puros del queso y la nata que aportan un grado más de frialdad. Goloso y
deseable.

Si tuviera que calificar la cocina de Txema Llamosas diría que es fina, evidente y cuidada. A destacar por encima del resto la anchoa con bacalao, la yema de huevo con carbonara y papada ibérica, la calidad de la carne (pinta sin maduración) y la sensación de frescor y dulzor contenido que transmiten los dos postres permitiendo cerrar una cena con un notable sabor de boca.

Post completo en http://www.complicidadgastronomica.es/2017/04/casagarras/
Nuevo look and feel de Complicidad Gastronómica

Comida 7,5
servicio 7
Entorno 7,5
RCP 8

Segunda visita a este local, esta vez atraído por las jornadas de buey , sigue teniendo un comedor más clásico, pero hay un nuevo comedor, recientemente reformado con su aire acondicionado, que me hace recordar lo mal que lo pasamos en la primera visita, con un calor de la leche y con un ventilador que solo movía el aire caliente, bueno es un mal recuerdo que ya no se volverá a dar.

Lo dicho nuevo espacio, con un enorme armario para vinos y decorado más actual.

Éramos cuatro amigos y nos sentaron en una mesa grande, local con mucha gente comiendo, eso es una constante de las dos visitas, clientela no le falta y eso que desde Bilbao la carretera es mala en su último tramo, tanto que decidimos volver por Cantabria, unos kilómetros de más, pero mejor carretera.

Este año es el segundo que realizan estas jornadas, lo primero de todo comentar que ya te avisan que no creen en la excesiva maduración de la carne, por lo que no esperéis encontrar esos sabores característicos de una carne bien madurada , a mi me encantan así , pese a todo y sabiéndolo quise probar , decir que prefiero la versión madurada .

Vaya por delante que a excepción de la chuleta que es la que mas sabor tenia y luego el solomillo, el resto de las elaboraciones no nos resultaron muy sápidas y estas dos que he nombrado algo mas, pero desde luego no a mi gusto, avisado estaba, así que ninguna objeción en este sentido, he probado y ya se lo que hay.

Esto no es óbice para resaltar el buen trabajo que Txema Llamosa , cocinero y copropietario de este negocio familiar , realiza en este pequeño pueblo de las Encartaciones , el servicio amable y familiar , la hermana de Txema , lleva el tema de vinos , ya que ha trabajado como enóloga en varias bodegas , incluso elaboran su propio txakoli y Txema a trabajado en varias cocinas de locales de primera línea , Azurmendi , Zuberoa , Arzak o en el bulli , por lo tanto me parece una familia de lo mas gastronomico .

A continuación os relato el menú, hay que ser un buen amante de los fogones para aprovechar y sacarle el máximo partido al buey y combinarlo con distintas elaboraciones en platos francamente ricos.

Empezamos con unos aperitivos bien ricos y sabrosos, capuchino, un rico consomé del rabo de buey con una espuma de boletus, de hay el enunciado y acompañándolo una rica croqueta de rabo de buey, sabrosa y cremosa.

Carpaccio de buey, creemos que de la zona del redondo por la forma, con virutas de foie y piñones acompañado de una detelle crujiente de maíz que tenia emulsión de anchoa en salazón , muy buenos acompañantes para la carne , que apenas tenia sabor , pero que combinada con el resto del acompañamiento gano mucho .

Steak tartar, bien aliñado, pelin picante, a mi me gusto así, y no seria para tanto cunado no soy de picantes, me baso mas en los comentarios de mis acompañantes y un detalle, venia acompañado por un hueso enorme de buey, de donde íbamos sacando un pelin de tuétano para acompañar la rica tostada con el steak.

Canelón de aguja, guisada con crema de queso idiazabal y jugo de carne, muy rico y sabroso, me encanta la crema de queso.

Osobuko con su tuétano, en el hueso de la parte de abajo del buey, introducen la carne que lo rodea con una espuma de patata ligada con yema de huevo y luego aparte tenemos el tuétano del hueso con un pan de maíz, te recomiendan mezclar el contenido del original recipiente, el hueso, y comerlo acompañado de un mordisco al pan con tuétano.

Rabadilla sobre crema de boletus.

Solomillo de buey con ricas patatas fritas y pimientos de la huerta, muy ricos.

Chuleton de buey con ensalada de cebolla morada de Zalla.

Cremoso de chocolate blanco y limón, sobre reducción de calabaza, escarcha de naranja, plátano caramelizado y sorbete de mango, muy buen final de menú.

Recalcar que hay que saber , para hacer un menú así , para guisar la carne del buey y acompañarla con elaboraciones que le aporten sabor y distintas texturas , el usar los huesos como vajilla , el aporte del tuétano al sabor final , las cremas de queso , de patata , los panes de maíz , emulsiones de anchoa , el consomé con espuma de boletus , etc .

Ay si ese solomillo o ese chuleton hubiesen estado madurados unos cuantos días, pero bueno para gustos colores, lo avisan y lo dejan bien claro.

Además soy más que consciente que de otra manera no se podría hacer estas jornadas, ni mucho menos a este precio, el problema de los chuletones de buey, además de que hay pocos animales, también es el aprovechamiento del animal, la gente quiere el chuleton y madurado y claro el resto que???, y la merma en la maduración se paga y el no aprovechar otras partes del animal , hacen que el kilo este cerca y a veces pase los 100€ .

Este completo menú, con vino tinto, crianza baigorri de los que más me gusta de la rioja, y aunque es dos botellas para cuatro comensales, a nosotros no nos cobraron la tercera, cosa que agradecimos, además rico pan y un gintonic de la casa, no se que ginebra, pero os aseguro que estaba bien rico, bueno pues todo eso por 70€+iva, nos pareció muy bien.

Otra cosa si os acercáis a la zona tenéis las cuevas de pozalagua, que visitamos, muy chulas y si vais con crios el karpin.

Y disfrutando!!

Día estupendo para poder sacar la moto e ir dando un paseo tranquilo desde Laredo hasta Carranza. De nuevo, volví a perderme pero no tanto como la primera vez; rectifique a tiempo!!

Llegamos y vemos las nuevas instalaciones. Aún sin terminar ciertos detalles pero es una zona amplia, diáfana y con mucha luz.

Ojeamos la carta y al rato nos toman nota. Indican que fuera de carta hay un ajo blanco con chicharro en escabeche... sonaba a gloria!!

Decidimos comer de entrantes lo siguiente:

- Ajo blanco con chicharro en escabeche. Lo dijo la chica, es muy fresco. Estaba super bueno!!

- Ensalada de bacalao. Seguimos con otro plato fresco, muy bien puesta. Estaba muy buena.

- Meloso de rabo de toro. Esto fue lo mejor de la comida. Tenía un sabor potente, muy marcado y nada pesado.

De segundos; de nuevo ambos carne.

- Mila pidió un solomillo con milhojas. Estaba bueno, pero quizás como en nuestra anterior visita demasiado pasado por la plancha.

- Por mi parte, carrilleras de novilla. Suave, se deshacía en la boca. Buen plato.

No optamos por comer postre. Eran casi las 17:30.

Al estar con la moto no bebimos,asi que el agua y la coca cola fueron nuestro acompañantes!

Dos café hirviendo dieron por finiquitada la comida!!

Nueva y reciente apuesta de este negocio familiar por la alta cocina. Nuevo espacio ( pendiente de desarrollo) para instalar una cocina de altura que tiene posibilidades de desarrollo y crecimiento en la élite. Menú degustación de 13 platos y 70 euros que refleja esta impresión. Productos de temporada, sin alardes , pero de calidad. Cocina sutil, con cierta personalidad, sobre excelentes caldos y cremas, trabajados a conciencia , bajo la premisa de la elegancia y la finura. Sorprende el estilo, en el contexto de una cocina tradicional, familiar, menús del día y mucho público fiel a otro tipo de cocina, desde hace años. Excelentes y sorprendentes kokotxas con guisantes, anchoa sobre estofado de bacalao, sutil y delicada gamba de Huelva con aire de cítricos. Debo decir incluso, que en mi opinión la distancia que este restaurante puede marcar en el futuro con este tipo de cocina es muy superior a la que pueda marcar con su cocina más tradicional. Probamos entre todos, un rodaballo, un pulpo asado, chipirones.. que bueno ..no me deslumbraron , la verdad, nada barato, buen producto, pero nada del otro mundo... A este nivel hay muchos restaurantes similares y varios sensiblemente superiores.Lógicamente, acaban de empezar en este proyecto y precisan tiempo y decisiones para complementar esta cocina de altura. Hay que mejorar el servicio, cubertería, vajilla, mantelería, servicio del vino...., muchos detalles que precisan adaptación y mejora. En cualquier caso ,excelente impresión de su nueva cocina y aparente futuro prometedor

Local visitado ayer. Mila y un servidor. Bien le habían hablado a Mila de este establecimiento, lo teníamos en la agenda de pendientes hacía tiempo y ayer le borramos de dicha lista.

Nos costó horrores encontrarlo, me perdí dos veces, preguntamos unas cuantas veces, llamamos al local para avisar que llegaríamos tarde ( mesa a las 15:00, llegamos sobre las 15:30), pero al final llegamos que es lo importante.

Acomodados ya en una mesa; empezamos a fijarnos en los detalles del local. La tele en el comedor, esos ventiladores, etc. No hay problema,porque hablando con el propietario antes de irnos nos dijo que esta semana comenzará una reforma que dejara el local con un lavado de cara impresionante.

Vajilla, cubiertos y copas correctos.

Ojeamos la carta y siendo tan tarde decidimos escoger unos entrantes a compartir y un segundo. Tienen un menú a 44€ muy majo la verdad.

Para compartir:

- Media ración de croquetas. 3 de jamón y 3 de bacalao. Menos saladas las de bacalao pero no por ello menos ricas. A decir verdad estaban muy buenas.

- Bonito marinado con wasabi, salsa de soja y unas algas. Muy muy buen plato. El wasabi está rebajado por lo que no te arde la garganta.

- Gibiones en su tinta rellenos. Dos gibiones ( recordar son medias raciones) acompañados de dos croquetas. Muy buen plato también!

De segundos nos decantamos por:

- Solomillo de vaca del pueblo. Me gusta muy poco tocado, igual estaba un pelón demasiado pasado pero aun así una carne de primera. Disfrute mucho de la carne. Lo acompaña un milhojas con patata y bacon terrible también.

- Merluza. Una ración contundente ( como todas) la cual estaba muy muy buena.

Como habíamos leído la carta de postres había que hacer un esfuerzo. Estuvimos ojeando y al final Mila se decantó por helado casero ( chocolate, mango y queso. Doy fe que el chocolate y sobretodo el queso espectaculares, el mango dijo estar muy bueno). Yo, como soy un clásico de la vida elegí un poco de queso, casi me mareo al ver la ración. Un ecológico flojito y un Idiazabal del pueblo bastante clásico.

Bebimos una botella de Veuve Cliqcout a 50€, agua y una coca cola. Los cafés nos invitaron.

Acabamos de comer casi a las 18:00. La verdad es que el servicio es correcto en todo momento, pero hay muchas mesas y por tanto gente comiendo.

¿ Volveremos? Puede ser que sí, al menos para ver cómo queda post reforma!

Total abonado 152€. Para la cantidad de comida, tamaño de ración y demás, barato.

Para mí un ejemplo claro de que no solo lo que esta encima de la mesa marca el éxito de una velada, un día de mucho calor estar comiendo con un ventilador al lado y luego muchos platos sobredimensionados en salsas y un menú mas para épocas de menos calor, hicieron que nuestra experiencia en este local no fuera del todo satisfactoria, pero bueno os comento a ver que os parece a vosotros, no vaya a ser que con la edad nos estemos volviendo “especialitos” que también puede ser.

Nos acercamos hasta Karranza tras ver el menú degustación que tenia el local, me lo mando un forero que esta a todas, la verdad lo comentamos, el no había estado y yo después de verlo lo tenia en el punto de mira, casi una hora desde Bilbao hasta el local, por bonitos y curvos parajes, llegas y ves la típica casa de comidas de pueblo, esas en las que se come, siempre bien, pero no me pegaba con el menú, que a continuación os relatare.

Entramos tomamos un txakoli, aire acondicionado a tope, hacia bochorno, local mas o menos modernizado, a la derecha unas escaleras que subían al comedor según avanzabas ibas perdiendo de vista el fresquito , subimos a un comedor , mas bien clásico y lleno , no pegaba tampoco el local con el menú , pero bueno eso es lo de menos , yo ya iba pensando en decirles que subiesen el aire , cuando empiezo a ver un ventilador por un lado y otro por otro , yo que no soporto el calor me temí lo peor , acerté toda la comida pendiente del ventilador y de hacia donde giraba , desde luego es mejor que nada , pero me condiciono toda la velada.

Empezamos con un vermouth aromatizado con limón, pues eso un buen licor con un hielo que tenia menta-limón y naranja.

Pinza de Bogavante guisada con tomate y patata, no podías ver la pinza estaba totalmente tapada con la crema de patata, estaba rico.

Consomé de caza, servido en copa balón, original, sabroso, pero con el calor que hacia para otra estación.

Cesta de huevos con estofado de pichón, te traen un plato con varios huevos sin elaborar de adorno y un huevo de plástico relleno del estofado, crema de hongos y queso, me pareció una mala presentación, lo que hay en el plato es para comerlo y varios huevos de adorno al lado de un plástico con esa forma , para mi queda chabacano y ¡ojo! Solo en este caso, la vajilla en general era moderna y bonita.

Bonito marinado sobre su emulsión y salsa Ponzu, salsa de soja, atún seco y limón, sobredimensionamiento en la salsa, para mi una constante y un error, ya que aunque trabaja bien el producto lo tapa demasiado y os lo dice un salsero.

Gambas blancas de Huelva sobre estofado de pieles de bacalao y mayonesa de corral, además aderezado con aceite de pistacho, cada uno por su lado suena bien, pero si tapas las gambas con la mayonesa te has cargado un buen producto y la mayonesa estaba buena, pero os dejo la foto a ver si veis las gambas, un acompañamiento sutil, hubiese dado el valor a la gamba, que lo tiene.

Brandada de Kokotxas, la verdad ricas las kokotxas pero saturadas de brandada.
Arroz con bogavante, en este caso el arroz estaba muy poco hecho, así se lo comentamos a la joven muy atenta que nos atendió, bueno yo le comente todo lo que os estoy diciendo, de las salsas, el calor, etc.

Creo que lo del calor están en vías de solucionarlo, admitía mis comentarios y me decía que los trasladaba a cocina, a mi me gusta ser claro y educado.

Yema de huevo carbonara con papada, mas de lo mismo, pero todo rico.

Lamina de bacalao sobre sus callos al pil-pil, consomé de morones y un punto de vinagre balsámico de modena.

Merluza con emulsión de coliflor, la piel muy salada, pero la carne rica.

Mandarina, una bola hueca con sabor a mandarina.

Solomillo de vaca pinta, acompañada del clásico mil-hojas de panceta y queso, muy buena la carne.

Cremoso de chocolate blanco y limon, sopa de calabaza, garrapiñados y mango, demasiadas cosas y mira que yo soy de arramplar con todo, el cremoso espectacular.

Fresas al vinagre, mimetismos y sorbetes.

Pastel tibio de chocolate sobre praline y espuma de coco, la espuma tapaba el pastel, la verdad para los tragones como yo están bien estas sobredimensiones.

Si no me equivoco dieciséis servicios, platos correctos de cantidad, pero los productos principales de buena calidad, tapados por las salsas, también de buena calidad, pero poco sutilmente empleadas, quizás el calor influye en mi comentario, seguro pero es el parecer general.

Para beber louro do bolo a 19€+iva, el menú 80€ +iva, la manzanilla y el gin-tonic, bajamos inmediatamente abajo a tomarla y nos convidaron.

Conclusión, el local estaba a tope, eso si la gente comía cocina mas clásica y con muy buena pinta , no entiendo este menú en este local , sin duda obedece a la inquietud del cocinero y si me pones un buen aire acondicionado y eres mas sutil con los acompañamientos sin duda mejoraras la concepción del menú , en mi equivocada opinión .

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