Iñaki Rodaballo es un cocinero de larga trayectoria que se dio a conocer hace aproximadamente una década, cuando, con Senén González, llevaba las riendas del Asador Sagartoki, que por aquel entonces se estaba convirtiendo en una de las mejores barras de pinchos del país. A partir de ahí fue pasando por diferentes casas hasta que hace un par de años se instaló en Vitoria con negocio propio. A lo largo de su andadura profesional ha cosechado numerosos premios, que no dejan lugar a dudas sobre su capacidad como artista de los fogones.
La apertura del restaurante que lleva su nombre (en realidad su apellido es Rodrigo) ha tenido un enorme éxito de público. Su buen hacer se concreta en una barra de pinchos, donde se presentan propuestas de lo más imaginativas, y en un comedor, en el que sirven una cocina de corte más tradicional. Siendo bastante aceptable esta última, es en la primera donde destaca especialmente. Prueba de ello es que su cocina en miniatura le ha hecho conseguir en tan solo dos años varios premios locales y estatales. Entre sus propuestas de barra destacan el Chip´s&Ron, el Porky-Porky, la Alcachofa Gold, la Rusa, el Kebah, etc, de los que he podido disfrutar en numerosas ocasiones. Estos y otros muchos pinchos hacen de este local uno de los mejores de la capital alavesa, junto con el ya nombrado Sagartoki, el Hor Dago!, el MarmitaCo, que hace unos días ha abierto otro establecimiento (PerretxiCo), el Izartza, el Toloño, etc.
El año pasado pudimos disfrutar también de la cocina que sirven en su comedor, experiencia que nos dejó medianamente satisfechos. Este domingo, al pasar frente al local hemos visto que ofrecían un menú de fin de semana por 20€ (iva incluido), por lo que no nos lo hemos pensado dos veces. La oferta comprende un primero y un segundo, a elegir entre 4 propuestas diferentes, un postre y un vino joven de rioja. Nuestra elección ha sido la siguiente:
- Ensalada de txipirones a la plancha (mi mujer) y Ventresca de atún (el que escribe): nada especial ninguno de los dos. El primero con lechuga en demasía y el segundo aderezado con más vinagre de lo deseado.
- Bacalao con verduritas (mi pareja) y Entrecot a la pimienta verde (el menda): fabuloso el primero, un gran taco con las láminas separándose enteras y un agradable contrapunto de verduritas. El entrecot aceptable, pues aunque tenía muy buen sabor, algunas zonas estaban algo duras.
- Tarta de queso (Rosa) y Tarta San Marcos (Josean): seguramente procedían de alguna pastelería y casi ni las acabamos. Lo más flojito de la comida.
Como vino pedimos cambiar el que ofrecían por otro de la carta, a lo que no pusieron ninguna objeción y además nos descontaron el importe del que no tomamos. Nos sirvieron un Valserrano Premium Blanco Gran Reserva 2000, que desconozco su precio, pero que seguro era bastante superior a los 10€ con los que figuró en la cuenta. Aprovecho para señalar que su carta es cortita (unas 30 referencias), aunque creo que tienen fuera de la misma algunos vinos más. Las copas son de nivel y el servicio está a la altura. Terminamos la comida con un par de cafés solos y con la certeza de que los pinchos son la mejor opción cuando se visita este restaurante.