Hablando con un conocido por unos asuntos de trabajo, habría que comer luego algo. Nuestra debilidad es el Kate, pero ambos no íbamos a beber y luego íbamos a mirar cosas por Bilbao. El gran recuerdo que guardaba de este establecimiento hace que se lo proponga, reserva y arreglado.
Llegada puntual.
El aperitivo de la casa, un trocito de chistorra. Muy, pero que muy rica.
De entrantes:
- Media ración de croquetas. Buenas no, lo siguiente y espera que me quedo corto...
- Huevo poche, sobre puré de patata trufado.... Un clásico del establecimiento. Muy rico!
- Salmón ahumado, ali olí con piparra.... Que decir. Es mantequilla pura!
De segundo nos lo estuvimos pensando, pero habiendo atún rojo poco hay que pensar. Generosa ración de la cual no quedó ni el resto, los platos limpios a la cocina...
Nos animamos con el postre, dos cuajadas caseras. Una con miel. Otra con azúcar. Muy buena.
¿Beber? Agua. No me crucifiquéis, pero la climatología no acompaña, todos conocemos la A8...
Dos cafés culminaron la comida.
Como dije la primera vez que vine, esto es para repetir y repetir y repetir.... Una pasada lo bien que se come y lo bien que tratan.
¿Defectos? Para mí la mesa de dos personas que hay en la entrada sobra, vamos que me dicen de sentarme ahí y voy hasta un supermercado cercano, compro dos cosas y me hago un bocadillo.
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