Restaurante Casa Pachuco en Madrid
Restaurante Casa Pachuco
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
15,20 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
18 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
5.6
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.5
Comida COMIDA
5.0
Precio medio entorno ENTORNO
4.5
RCP CALIDAD-PRECIO
7.0
Opiniones de Casa Pachuco
OPINIONES
4

Expectativas creadas y realidades. Me habían hablado por diversos cauces del lugar y esto genera expectativas. Y estas son personales y cuando no cuadran las primeras con las segundas hay que hacer un esfuerzo por centrarse en las segundas.

Es un lugar agradable. Una casa de comidas (que no es poco decir). Algunas cosas para elegir en la pizarra (unas que me atraen y otras que non) y menú del día. Tiene intención tanto la una como el otro, pero desde mi punto de vista se queda más en ese punto que en el de la consecución. Agradable gazpacho de melón y un sólo aceptable curry verde de setas y pescado. Bien el pan, y esto es destacable. Otro punto a su favor es el hecho de tener vinos por copas que se salen del estándar aburrido. Raro será que alguno no te haga el peso. Ahí sí, ¡bien por ellos!

En general bien, correcto; pero he de manejar mejor mis expectativas y esto es culpa mía.

P.S. Menú 12 EUR y copa de Aire en el Patio 3,2 EUR. El menú incluye copa de vino, pero yo soy asina y preferí elegir qué bebía.

Teniamos ganas de probar Casa pachuco despues de las criticas que tanto aquí como en otras webs estabamos leyendo. Reservamos para comer con varios dias de antelacion y llegamos puntuales a las 14:00. La entrada nos gustó ya que la pequeña barra muestra una pizarra con interesantes vinos por copas . Pensamos: pinta bien ( y en efecto … el vino fue lo unico que “pintó bien”).

La carta es una papel a mano sobre un carton sujeto con una pinza. En el carton aparece escrito que no se admiten tarjetas ( ya me fastidia que un lugar publico no admita tarjetas).

Los platos son unos 8 o 10 y habia un par de ellos tachados.
Asimismo en otra hoja a parecen los vinos que eran los de la pizarra de la barra y alguno mas. Muy sugerentes y bien de precio. Nos decidimos por el ecologico de Barnabe Navarro : Tragolargo . Nos gustó bastante.

Nos tomaron nota enseguida y en ese momento solo una mesa estaba ocupada ( el local tiene 5 mesas).
Eran las 14:05 …. Y nos trajeron el vino y unos trozos de tortilla. Tras haber pedido, el primer plato (quinotto negro con sepia) apareció a las 14,25. Dimos buena cuenta de él porque ya teniamos hambre y hay que decir que estaba bien. Correcto y original. Y nueva espera, esta vez de 20 minutos para el steak tartar. Y decepcion total: el tartar se presenta en una pizarra sobre un charco (literal) de aceite que acabo resbalandose hasta el suelo y que contuvimos con unos diques de miga de pan. Desde luego no se puede decir que no estuviera cortado a cuchillo ya que los trozos eran de tamaño de un dado de parchis. Del tartar calculo que el 20% era carne y el resto alcaparras y pepinillos aderezados profusamente con mostaza antigua. Como acompañamiento una salsa tipo ketchup picante y una salsa bearnesa de nuevo con mas mostaza llena de granos. Malisimo.
Y ahora ya solo faltaba el curry rojo de rabo de ternera. Este llego a las 15:15 totalmente frio. Pedimos que lo calentaran y volvio poco mas o menos. Trajeron un bol de arroz reseco ( desde luego no era del dia) y sobre el curry nadaban unos 5 o 6 trozos pequeños de carne. El sabor del curry era bastante malo y nos dejó una pesadez de estomago mas alla de la hora de la cena. El arroz era imposible comerlo.

Con esto ya eran las 15:40 . Pedimos la cuenta y salimos pitando.

Lo unico aceptable fue el vino y que la cuenta fueron 39 €. Aunque claro 39 € por no comer o mal comer tampoco es barato.
En resumen, pesima experiencia para olvidar ( aunque aun despues de 24 horas es dificil de olvidar porque el curry aun sigue dando guerra en el estomago)

Buena experiencia en CASA PACHUCO, en la calle Tres Peces, cerca del Mercado de Antón Martín, donde últimamente están abriendo bastantes sitios interesantes. Local austero pero acogedor, tipo taberna, una barra y unas pocas mesas, no apto para grupos de más d seis personas. Estaba medio vacío cuando llegamos (un sábado a las 21:00) pero acabó llenándose. Carta corta y ecléctica de platos a compartir, donde conviven los callos con garbanzos junto a los taglietelle con verduras en salsa de ostras. Selección de vinos atractiva y a buen precio. 2 personas, como era cena y no había mucha hambre pedimos un “quinotto”, es decir, un risotto de quinoa, que es un pseudocereal procedente de Bolivia muy completo nutricionalmente y de buena digestión, con una textura entre el arroz y el trigo. La citada quinoa llegó hecha con tinta de calamar y sepia, sabor suculento y delicado, un plato muy conseguido. También pedimos unos huevos escalfados con setas (champiñón, seta de cardo y níscalos), muy rico el contraste de la melosidad del huevo con los hongos, acabamos mojando pan… De postre una tarta casera de queso, con una textura algo más firme de lo habitual, pero absolutamente deliciosa. Para beber, un Montsant joven, del que no recuerdo el nombre bastante bueno. Todo este festín no llegó a 40 euros. Relación calidad-precio excepcional que hará que probemos más cosas y repitamos muchas veces.

Tras dejar los fogones del restaurante Baco hace un tiempo (donde nos sorprendió con su original y sabrosa cocina, ver https://www.verema.com/restaurantes/63407-baco-madrid/valoraciones/878920-ilusion-autodidacta), el amigo José estuvo un tiempo trabajando en El Padre para después volver a instalarse por su cuenta en este local situado en una zona muy animada entre las plazas de Antón Martín y Lavapiés. El local parece un antiguo bar de copas y dispone de una pequeña barra y un sencillo comedor con 6 mesas. Sencillo y demasiado austero, pero no se está mal. Sábado noche y local que al final se llenó.

La cocina de José es arriesgada, multicultural y con influencias orientales, platos sabrosos y preparados en el momento, que va cambiando según mercado. La carta (un sencillo papel plastificado) tiene 7-8 raciones y un par de postres. Nos decidimos por unos tagliatelle con ternera y verdura en salsa de ostras (5€), generosos en verdura (brócoli y zanahoria), jugosos y con abundantes trozos de ternera, muy bien resueltos, unos calamares con salsa de judías negras (6€), salteados con tirabeques, pimientos rojos, cilantro y una densa salsa de alubia negra, un plato contundente y lleno de sabor, finalizando con un pollo en teriyaki (5€), en pechuga fileteada con salsa de soja, azúcar y manzanilla, con una generosa ración de arroz blanco acompañado. De postre el tiramisú (3,5€), que ya habíamos probado en su etapa anterior en Baco y que está soberbio, jugoso, pleno de sabor, cremoso, realmente bueno. Raciones generosas en tamaño, con estas tres más el postre cenamos sobradamente los dos, y somos de buen comer. Brillante en este aspecto.

La propuesta en vino resulta sumamente interesante con tan solo unas pocas referencias pero de muy buena calidad, todas elegibles tanto por copas como por botellas. Finalmente fuimos a copas y tomamos 4 vinos distintos de muy buen nivel, comenzando por el fantástico verdejo segoviano Erre de Herrero 2012, siguiendo por el potente y directo Almaroja Pirita blanco 2011, un curioso vino de los Arribes, el siempre encantador Sameirás tinto 2011 de Antonio Cajide, un ribeiro muy equilibrado y terminando con el François Chidaine Touraine rouge 2011, un encantador tinto de pineau d’ aunis, côt y cabernet franc, elegante y sedoso, de fina austeridad. Vinos servidos en buenas copas y con algunas opciones más, todas de muy buen nivel. Aquí se disfruta bien del vino.

Con todo esto la factura final ascendió a 35 euros, lo cierto es que cenando en el centro de Madrid con una cocina más que decente y 8 buenas copas de vino en estos precios, no cabe otra que destacar la magnífica RCP de esta casa que a partir de ahora tendremos como una opción a tener en cuenta cuando estemos por la zona. A ver si José se consolida porque tiene madera de buen cocinero y muy buenas ideas, además está apostando por el buen vino y los resultados están ahí, y es que al final el local estaba lleno y la gente bebía vino. Que haya suerte.

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