Es quizá el hotel con el personal más amable que conozco, por lo menos de los que siguen abiertos.
La limpieza se merece un 10, el desayuno aunque los conozco mejor surtidos era bastante variado y de muy buena calidad, las habitaciones cómodas, espaciosas y silenciosas, la piscina aunque no era muy grande para la demanda que tenía más que suficiente, el restaurante bastante bueno, la situación cerca del centro y de la marcha.
Las dos únicas pegas, el garaje bastante caótico y la distancia a la playa.

Nos alojamos en este hotel 4 noches (acogiéndonos a una oferta de 4x3). El precio de 95€ es lo que pagamos de habitación cada una de esas cuatro noches, si ponemos el precio de tres noches (sin aplicar la oferta)nos hubiese salido por unos 125€. El régimen de AD.
Monasterio San Miguel es un hotel 4* situado en el centro de El Puerto De Santa María, bien comunicado y fácil de encontrar. Aparcar por la zona es más complicado. Hay parking pero tuvimos suerte y no necesitamos utilizarlo (sale sobre los 12€ diarios). El entrono es bueno y ocupa un antiguo convento del siglo XVIII rehabilitado apra su uso como hotel desde 1989. Parece ser que aquí se han alojado muchos personajes ilustres. Muy bonita decoración de las zonas comunes con pinturas religiosas, mapas cartográficos antiguos, piedra... La atención en recepción es buena y atenta.
A partir de aquí... la cosa comienza a flojear (hasta el punto de que decidimos pasar la segunda parte de nuestras vacaciones en otro hotel que ya conocíamos). Nos dieron una habitación doble en la que, nada más entrar, no saludó un importante olor a tabaco. Se supone que no se puede fumar en las habitaciones pero, a saber lo que hizo el anterior inquilino... lo que no es admisible es que dejen que persista ese olor. La pintura de las paredes, desgastada, vieja, descuidada, arañada. El suelo,reformado, de parquet y el cuarto de baño... ínfimo. Pedimos si era posible cambiarnos de habitación y, muy amablemete, nos ofrecieron una junior suite (sin recargo, todo sea dicho). La aceptamos pero creo que es la habitación "del que protesta". Amplia, eso sí. No huele a tabaco y está limpia. Suelo de moqueta ajada (debía ser la original de la inauguración) aunque limpia. Luego vi la junior suite de al lado y tenía parquet instaladao. El aire acondicionado no funcionaba bien pero trabajaba lo suficiente como para no asarse en la habitación. Baño amplio con griferías, sanitarios y alicatado que piden un cambio a gritos (en la primera habitación que nos dieron pasaba lo mismo). Amenities muy escasos y que no se corresponden a un hotel de 4*. Minibar correcto, 2 televisiones (una en la habitación propiamente dicha y otra en el saloncito), sofá razonablemente cómodo.
Otro detalle feo es que, tras la segunda noche, la habitación estuvo sin hacerse (olvido, descuido, dejadez...?)hasta las 16:30... tuvimos que avisar y esperar leyendo un libro en el claustro del monasterio (muy cómodamente, eso sí) hasta que terminaron.
El buffet del desayuno correcto, con fruta fresca, bollería y pan del día. ¡¡Me regañaron por llevarme un plátano...!!
Quedé, en general, defraudado. No volveré a este hotel. Insisto en que, seguro, no es mal hotel. Pero con nsotros se estrellaron y no es lo que esperábamos. Tras unos días volvimos al puerto y nos alojamos en el Hotel Duques de Medinaceli, de la misma cadena, que ya conocíamos. Nada que ver. Vinimos al Monasterio por ser algo más barato pensando que, siendo de la misma cadena, los hoteles serían similares (ojo... teniendo en cuenta que este es 4* y el Duques 5*). Pero una y no más. Un asumible esfuerzo económico implica un bienbestar muchísimo mayor.