Hotel difícil de localizar, en una calle sin salida para los vehículos y con una zona de entrada y fachada, poco acorde con su categoría.

Recepción agradable tanto en el espacio, como en personal, zonas comunes amplias bien decoradas.

Habitación, pequeña en tamaño sin poder disponer de un sillón cómodo y a mi criterio muy mal ubicada la cama a escasa distancia de la puerta principal y a la vista directamente desde la misma.

Cama y colchón, amplia agradable y cómoda.

El baño amplio bien dotado, muy por encima de la habitación.

El desayuno a precio fijo, pero abandonando él para mi, ya monótono y a veces desagradable y tedioso buffet, en este caso servido en mesa tras petición, con varias posibilidades y con café de los de verdad.

Luces y sombras.

Hotel en el casco antiguo de Toledo que ocupa un antiguo palacio totalmente renovado. Decoracion clasica y comoda con espacios muy amplios y mobiliario acorde al lugar.
Habitaciones muy amplias, muy comodas y con camas muy grandes. Son calidas e intimas.
Desayuno medio. Buen servicio hotelero con amabilidad y profesionalidad.
El unico incoveniente (logico por otra parte) es la dificultad para entrar y salir en coche. Bajo mi punto de vista, recomendable sin duda