Un hotel en un rincón pintoresco del Bages, junto al convento de St. Benet y la casa de Ramón Casas y la fundación gastronómica Alicia. Tiene en su recinto tres restaurantes, El Mon, La Fonda y la estrella Michelín L'O. Extraordinario para aislarse y desconectar. Buen servicio y unas habitaciones muy amplias y equipadas. El Hotel es muy moderno, con wifi gratuito y quizás el desayuno bien, pero algo escaso. De todas formas todo muy bien.

Hace tiempo deseaba venir a este hotel, pues desde que abrió su fama ha ido en aumento, no sólo el hotel sino todo el complejo, que incluye el monasterio medieval, la antigua casa de veraneo del pintor Ramón Casas o la Fundación Alícia.
El entorno es muy bonito, rodeado de árboles y ciertamente es un enclave perfecto para organización de eventos, las salas de reunión son muy buenas.
El edificio es moderno, dispone de una buena piscina y las habitaciones son grandes, espaciosas, la mía con vistas a un gran campo de césped; balcón privado con silla y mesas.Están decoradas con gusto.
Armario capaz, con caja de seguridad muy fácil de usar.
El lavabo está integrado en la habitación; esta variante que ya he visto en varios hoteles nuevos a mí personalmente no me gusta nada pero supongo está en boga. La bañera, inodoro y bidé están separadas a Dios gracias. En la bañera la típica mampara de cristal muy corta, se moja bastante el exterior.
Me llamó la atención la escasez de adminículos de aseo, también observo este hecho con frecuencia últimamente, debe ser la crisis.
Cama grande y cómoda.
Luz del cuarto adecuada y sencilla de uso.
TV de pantalla plana de correcto tamaño para la habitación.
Desayuno-bufé correcto.
Trámites de entrada y salida fluidos.
Es un 4* estrellas bueno en un sitio muy bonito; no pude hacer la visita al monasterio a la que te puedes apuntar en recepción y dicen es muy interesante, otra vez será.