En este hotel situado en el mismo centro de Oviedo, a muy pocos metros del Teatro Campoamor y el Parque de San Francisco, en una calle estrecha en donde se encuentra el Hotel Fruela a cuya cadena pertenece éste, de 4* e inaugurado hace poco tiempo. Es pequeño y se echan en falta zonas comunes pero no da para más. Nuestra habitación estaba en la 1ª planta, amplia, espaciosa, decoración moderna y para mi gusto muy acertada, ventanal que da a la calle.
Conforme entras a la izquierda un gran armario con la caja de seguridad, de buen tamaño y fácil de usar. A la derecha y sin puerta el lavabo y al lado de éste y separado con puerta el inodoro y la ducha, acristalada, de techo muy alto y con un dispersor de efecto lluvia sensacional. Adminículos de aseo suficientes y de buena calidad.
La ducha está muy conseguida, el tema de integrar el lavabo en el resto del cuarto a mí no me gusta pero creo está de moda y cada vez lo hacen más.
Cama enorme, luces suficientes y sencillas de uso, TV de pantalla plana y en proporción al resto, es decir grande, de buena marca además. Lo mismo puede decirse del aire acondicionado, sencillísimo y efectivo.
Capítulo aparte merece el personal: de lo más amable y competente que he visto en mucho tiempo, nos dieron todo tipo de explicaciones, así da gusto.
El hotel no tiene párking y si está ocupado el sitio destinado a carga y descarga es un poco incómodo porque en la estrecha calle no tienes dónde dejar el coche, éste es uno de los pocos fallos. No obstante una vez puedes dejarlo allí te lo cogen, lo llevan a un párking cercano que tienen contratado y avisando con media hora te lo vuelven a traer; buen precio el aparcamiento/día (12€).
Lo contraté por booking sólo alojamiento, pero eso no es problema porque saliendo a la derecha está la que yo creo es mejor cafetería-restaurante de la ciudad, la Corte de Pelayo, donde desayunas fenomenal y barato además; lo mismo vale para las copas nocturnas.
En fin, me encantó este hotel, nuevo y moderno en el mismo centro y cerca de todo: la parte vieja, la Catedral, las sidrerías, la zona comercial, me pareció una opción fantástica para alojarse en esta preciosa ciudad.
Lo único que se ha de tener en cuenta es que el spa va aparte, no es caro pero no está incluido en el precio, no me sorprendió porque ya me ha pasado en otros establecimientos. No lo usé.
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