Hotel que en realidad proviene de una casona asturiana y que está situada a 4 km de La Franca y de su magnífica playa. Es un antiguo molino harinero a orillas del río Cabra, rehabilitado respetando la tradicional construcción de piedra y madera. El hotel, situado en la falda de la Sierra del Cuera, en una zona protegida como vega paisajística, dispone de una pequeña granja con un par de burros, una avestruz y un pony, una zona infantil con un pequeño hórreo en el exterior. Las instalaciones interiores están decoradas con muebles antiguos, restaurados por sus propietarios. En sus dos salas comunes, una con chimenea, parte del suelo es de cristal para ver circular el agua y las truchas del río.
La llegada al hotel está indicada desde la entrada de la población y baja con una muy fuerte pendiente hasta el río.

Los desayunos en el comedor con productos de elaboración casera como mermelada de calabazate, frambuesa, miel, orejones queso, avellanas junto a pan tostado casero y coca con algo de fiambre.

Las habitaciones, 8, tamaño pequeño, distribuidas en varias estancias, son cómodas, con buena cama y baño correcto; con mucha madera y piedra y bien decoradas en su interior con objetos antiguos. Bien la limpieza y mucha amabilidad por parte del personal del hotel.

Un plus añadido: hay un fin de semana detectivesco en el que participas en la resolución de un asesinato (tipo Cluedo) visitando diferentes localidades y testigos, algunos por teléfono, recabando datos (incluido informe policial) para elaborar una tesis del asesinato cuya solución final figura en sobre cerrado. Muy divertido.

El precio referido no incluye la actividad que a su vez incluye dos noches de estancia.