Tokay es la denominación con la que se conoce este vino universalmente, aunque

Tokay es la denominación con la que se conoce este vino universalmente, aunque el original, y el que figura en las botellas es Tokaji, además por si fuera poco lío, en su lugar de nacimiento le llaman Tokaj.
Si algún vino es digno de sobrellevar la palabra leyenda con soltura, ese es el Tokay.
El Tokaji Aszú tal y como nosotros lo conocemos, fue elaborado por primera vez en el año 1560, y tuvo su primer reconocimiento internacional en 1562 cuando el Papa Pío IV, con ocasión del Concilio de Trento, dijo lo siguiente después de degustar el entonces llamado Tällyai [Tokaji] el vino le fue presentado por György Draskovich, obispo de Zagreb. " Summum pontificem talia vina decente " [ Tales vinos son convenientes al pontífice supremo].
En 1.638 los nobles caballeros polacos que acabaron con el largo asedio de los turcos a la ciudad de Viena, se llevaron a su patria la pasión por el Tokay, que persiste hasta hoy.
En 1.655 era obligatorio separar las uvas botrytizadas (aszú) del resto de las bayas sin podredumbre noble.
Racimo parcialmente botrytizado, de la variedad Furmint.

En 1.700 , la familia Rákoczi, descendiente de antiguos príncipes de Transilvania, delimitó por primera vez la zona de producción del vino Tokay, ¡155 años antes de que la cámara de Comercio de Burdeos delimitase sus viñedos!.
En 1.703 el mismo principe Rákoczi, considerado ya entonces como gran patriota húngaro, utilizo el Tokay para conseguir el apoyo incondicional de Luis XIV, en contra de los nobles Habsburgo.
En la última década del siglo XVIII, en el territorio que abarca el espacio entre los ríos Danubio y Tisza, y como consecuencia de la ruptura de las praderas, salió a la superficie una capa arenosa. Para fijar el terreno y preservarlo de la desertizacion, los habitantes del lugar comenzaron a poblar la zona de viñedos, con una celeridad nunca vista hasta entonces, puede decirse que en menos de una década, se generalizó la construcción de bodegas en la zona y se comenzaron a utilizar aros de hierro en los toneles.
En 1.804 hubo una posterior y más exacta clasificación, que determinó 3 Grands Crus, seguidos de cultivos de primera, segunda y tercera categoría, y muchos cultivos sin clasificar, anticipándose al Médoc también.
Los tres Grands Crus estaban situados en las laderas del monte Kopaszhegy o montaña desnuda, (a la que el gran compositor Mussgorsky dedicó su tenebrosa y magistral pieza “;Una noche en monte pelado”;), en la actualidad solo queda el viñedo de Mézesmály en Tarcal, con sus vides orientadas al sudeste y los suelos de origen volcánico, repletos de loes, y con un drenaje muy rápido, esto hace que las vides maduren mas deprisa, y den vinos mas ricos, y más aromáticos.
En algunos viñedos de Tarcal, es tal la rapidez del drenaje de los suelos, que por mucho que llueva , nunca se encharcan, lo que los pone en cierto peligro (a pesar de la retención de agua del terreno volcánico) durante los años muy secos.
En el siglo XIX, aparecen nuevos metodos de tratamiento del vino, se unifican las medidas de capacidad de las barricas, y en las décadas posteriores se modernizan los instrumentos para el cultivo de la vid.
En la época inmediatamente posterior a la segunda Guerra Mundial, las producciones vinícolas volvieron a entrar en una fuerte etapa de desarrollo; luego vino la etapa triste, gris y vulgar, bajo la orbita soviética, y el gran vino de reyes, paso a ser el vino de diario de los funcionarios rusos, mezclado vulgarmente con vino de otras zonas, ya que se consideraba que el vino bien elaborado era caro, y un proletario no podía pagar un vino caro, y si un proletario no podía consumirlo, nadie debía hacerlo. ¡Brillante silogismo!
El Tokay es en verdad un vino de leyenda, salvo el Champagne, no hay vino en el mundo que se le pueda equiparar en cuanto a leyendas y anécdotas, hay constancia documental de que en la Rusia Zarista, en San Petersburgo se creo una comisión de vinos húngaros, cuya finalidad principal era asegurar el suministro regular de vinos de Tokay para los Zares, Pedro el Grande y Catalina la Grande, para salvaguardar dicho suministro, un destacamento de cosacos custodiaba los cargamentos durante su largo viaje desde las colinas volcánicas de la Tokajhegyalja, hasta San Petersburgo. Era de suma importancia para los Zares, ya que estos creían firmemente en sus poderes curativos, toda la nobleza por aquel entonces tenia la sana costumbre de tener en su mesilla de noche una botella (a veces más) de Tokay Escencia, con la loable finalidad de vencer a la muerte y a la enfermedad si esta se presentaba en mitad de la noche."

Dominic, Ya te llevare el resto en persona y en un CD., que es larguisimo. Hasta pronto.
De momento con lo que te he mandado ya tienes para soñar un poco.
Un afectuoso saludo y hasta pronto.
Juan Ferrer Espinosa
Enopta.