Peña La Verema

Un paseo por cuatro continentes

El pasado 27 de Marzo nos reunimos para celebrar la cata 123 de la Penya La Verema en el restaurante Abadía d’ Espí por indicación de nuestro organizador Javier de Castro que en los últimos años, tras su reincorporación a la penya, ha mostrado con creces que sus conocimientos e inquietudes enológicos están a gran altura. Para muestra, la selección de caldos de cuatro continentes diferentes con la que nos sorprendió. Javier venía comprando desde hace tiempo vinos de diferentes partes del mundo que no excedieran de 20 euros. Los catados para esta ocasión, son algunos de los que más le han gustado.

Juan Carlos Espí, nuestro anfitrión, tuvo las botellas abiertas durante más de una hora y media por indicación de Javier. Realmente, su local reúne condiciones sobradas para realizar una cata dado que en el sótano dispone de una sala con capacidad para unas 15 personas cómodamente sentadas. Además, tiene al lado un cuarto refrigerado donde se conservan los vinos a temperatura adecuada pudiéndose ver éstos desde cualquier sitio dado que entre ambas estancias tan sólo hay una cristalera de separación. Por ello, la vista no puede ser mejor para los amantes del vino: botellas y más botellas delante de nuestros ojos algunas de ellas muy interesantes. El recorrido enológico que realizamos tuvo sus “paradas” en Oceanía, América del Sur, Africa y Europa. El primer vino catado fue un Paracombe Shiraz 1999, Adelaide Hills, que proviene de una finca de 14 hectáreas que se caracteriza por su clima fresco y lluvioso. La vendimia es manual y tiene una duración de 5 semanas. El vino se fermenta lentamente en frío en pequeños tanques abiertos. Posteriormente se envejece durante dos años en barricas de roble francés y americano. El Wine Spectator le da una nota de 90/100.

Tras cruzar el Pacífico, la siguiente parada tuvo lugar en Curicó (Chile), para degustar un Valdivieso Cabernet Franc Premium 1998. Es un vino que procede de pequeñas parcelas situadas en tierras áridas de Lontué al sur de Santiago, la capital. Su elaboración se caracteriza por una exigente selección de la uva a la que sigue una maceración a temperatura controlada. El vino se envejece en barrica de roble por un período entre uno y dos años.

Cruzamos ahora el Atlántico para ir a parar a tierras de Nelson Mandela. Nos espera un Kanonkop Kadette 1999, D.O. Stellenbosch, elaborado con Merlot, Cabernet Sauvignom, Pinotage y Cabernet Rubí. La vinificación es tradicional con fermentación en depósitos de acero y 12 meses de envejecimiento en barricas de roble francés de Nevers.

Por fin, tras varios días de navegación, alistamos la vieja Europa en el Languedoc-Rosellón francés. En esta ocasión nos esperaba un Côteaux du Languedoc Aurel 1998 Domaine Les Aurelles elaborado con Garnacha, Mourvèdre y Shiraz. Este vino procede de unas pequeñas parcelas cercanas a Pézenas que se caracterizan por la vejez y bajo rendimiento de sus cepas. El vino se elabora con largas maceraciones a baja temperatura. La fermentación en depósitos de acero inoxidable dura unas tres semanas, separándose las uvas procedentes de las diferentes parcelas y empleándose la maceración carbónica en alguna de éstas. El vino permanece en botella al menos 12 meses, pero no ha sido envejecido en madera.

Las puntuaciones obtenidas (calculadas in situ con la inestimable ayuda de Juan Máñez y su portátil) así como los comentarios de cata fueron los siguientes:

1º Paracombe Shiraz 1999. D.O. Adelaide Hills (Australia). Paracombe Wines. 100% Shiraz. 24 meses de crianza en barricas de roble francés y americano.14,5% volumen.
Puntuación: 7,7

Rojo picota capa media con aromas intensos a fruta roja, recuerdos de chocolate, café tostados y punto de naranja. En boca se muestra duro, con un ligero amargor y una destacada astringencia. Es bastante largo.

2º Côteaux du Languedoc Aurel 1998 Domaine Les Aurelles D.O. Languedoc-Rosellón (Francia). Domaine Les Aurelles. 45% Garnacha tinta, 30% Mourvèdre y 15% Shiraz. Sin crianza. 14,5% volumen.
Puntuación: 7,6

Rojo granate con ribete morado y capa medi-alta. Nariz muy expresiva, elegante, fruta madura, almendra. En boca es suave, muy sabroso y equilibrado pero con nervio todavía. Deja un agradable recuerdo.

3º Valdivieso Cabernet Franc Premium 1998, Curicó, Valle Central (Chile). Viña Valdivieso S.A. 100% Cabernet Franc. Entre 12 y 24 meses de crianza en barrica de roble. 13,5% volumen.
Puntuación: 7,4

Picota oscuro de capa media. Fruta roja con notas vegetales, tostados finos, vainilla. En boca es sabroso, con buen equilibrio y con recuerdos frutales.

4º Kanonkop Kadette 1999, Stellenbosch, Sudáfrica. Kanonkop. 41% Merlot, 31% Cabernet Sauvignon, 16% Pinotage y 12% Cabernet Ruby. 12 meses de crianza en barrica de roble francés. 13% volumen.
Puntuación: 7,0

Nariz muy cerrada con recuerdos neumáticos, brea y animales. Posteriormente se va abriendo y aparecen ligeras notas florales. En boca es muy suave, aterciopelado pero bastante corto.

Durante la cata, como es normal, hubo diferentes hechos que merece la pena comentar. En primer lugar, me sorprendió las altas puntuaciones de Toni Villagrasa, un clásico Riojero, que señaló que todos los vinos estaban muy buenos. Asimismo, Asensi, en un alarde de los suyos, le dijo a Javier que “todo lo que me ofrezcas por debajo de 30 euros te los compro....¡Están buenísimos”. Por último, Alessandro dijo que el cuarto vino sabía a cuba de cooperativa. En fin, que siempre hay lugar para todo tipo de comentarios. Durante la estupenda cena que nos sirvieron se abrieron diferentes vinos. Entre los mismos destacaría un Corucho 1999 de Quinta do Noval, Douro (Portugal) que estaba muy goloso, pero algo cansino y con mucho cuero y barrica según algunos de los asistentes. Asimismo, probamos un Finca Antigua 2000, vino elaborado por Bodegas Martínez Bujanda en su nueva bodega de Los Hinojosos (Cuenca), perteneciente a la D.O. La Mancha. Tenía una nariz bastante elegante, balsámica, con recuerdos a tabaco, hierbas pero en boca era muy ligero, se acababa enseguida. También se abrió un Numathia 1998 elaborado por los hermanos Eguren en Toro –¡qué vino!- y un Dominio de Tares Cepas Viejas 2000 que a mí, en particular, me gustó mucho a pesar de que la faltaba más evolución en botella.

Bueno amigos, esto es lo que dio la cata en una lluviosa noche de primavera.


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