Un entorno tranquilo y relajado, la cocina muy muy buena, sencilla de excelente calidad. Los dueños son encantadores, buena gente, te sientes como en casa pero en un entorno privilegiado: natural, con mar y montaña y con total libertad. Puedes comer, en el jardín, la piscina, bañarte por la noche... no existen restricciones, todo son facilidades y atenciones !
Los niños encantados con los ponys, y animalitos, ideal vacaciones familiares, pero también en pareja que busque tranquilidad y naturaleza, como nosotros.
Los huéspedes repetían vacaciones, y nosotros sin duda, también lo haremos.

A pesar de estar en zona de turismo se respira tranquilidad,si se quiere bullicio la playa esta muy cercana.
La cas consta de dos plantas, con cuatro habitaciones en cada planta, todas las habitaciones son espaciosas y tienen cuarto de baño, la verdad es que no son muy lujosas ni la decoracion sobresale, pero son comodas que es lo que se busca,
Se tiene la opcion de cenar en la misma casa añadiendo 12 euros por cada cena, tanto el desayuno como la cena son caseros, el zumo de naranja natural y un pastel cada mañana que elabora la misma dueña. Aconsejable.