El whisky en Gales (II): Visita a la destilería Penderyn
Este verano pasado estuvimos en la destilería Penderyn. Está situada en un pueblo que lleva el mismo nombre dentro del parque natural de los Breacon Beacons.
En cierto modo la localización en un entorno tan privilegiado es una ventaja ya que así la destilería recibe un número importante de visitantes (y más teniendo en cuenta que es la única de Gales) pero por otra parte - según los propietarios - el hecho de estar dentro de un parque natural también implica que haya un control más estricto de la actividad y que las posibilidades de expansión sean limitadas.
Esta es una destilería nueva - comenzó a producir en el 2000 y presenta algunos rasgos diferentes a las de Escocia. De entrada no vemos ningún depósito de mezcla o tanques de fermentación dado que se recibe la cebada ya fermentada. Además los alambiques son del tipo Faraday (distintos de los que se utilizan en la industria del whisky escocés) y generan un destilado más ligero y afrutado. El destilado que se produce tiene un volumen de alcohol muy alto - 92% y hay reducirlo al 63,4% antes de guardarlo en las barricas. Recientemente también se han instalado dos alambiques tradicionales y en el momento de la visita se desconocía qué se hará con su destilado - si se mezclará con la producción de los alambiques Faraday o bien si embotellará como malta «tradicional».
Toda la producción se madura como mínimo durante tres años. Lo más normal es que madure durante unos cuatro años y medio en barricas de bourbon procedentes de la destilería Buffalo Trace para posteriormente pasar a barricas diferentes para terminar el proceso de maduración. Cuando se quiere dar un carácter algo más ahumado al malta se utilizan barricas procedentes de Laphroaig, para otras expresiones también se utilizan barricas que han contenido madeira o jerez. En una cata reciente probamos tres embotellamientos diferentes de la destilería.
Penderyn no embotella sus maltas con una edad específica sino que - según los propietarios – el proceso se lleva a cabo «cuando la barrica está a punto».
En resumen esta fue una visita muy interesante de una destilería algo diferente con un personal muy amable. La concluimos con una cata del Penderyn Dylan (en homenaje al poeta galés Dylan Thomas) - una expresión poco habitual de este whisky con marcados toques de jerez.