Buena comida rápida libanesa

Soy tremendamente curiosa, no puedo evitarlo, y esa curiosidad me ha llevado a probar cocinas diferentes. Otra curiosidad más, algunas de esas cocinas me han llegado a gustar tanto que se han convertido en una suerte de adicción, me explico: si me paso más de cierto tiempo sin tomarlas me entra síndrome de abstinencia ;-)

En primer lugar se encuentra la cocina indo-pakistaní pero la de Oriente Medio le sigue muy de cerca.

Este último tipo de cocina es cercana y es exótica al mismo tiempo.

Con sus marcadas diferencias pero con muchas más coincidencias, se extiende desde Grecia hasta Siria, cruzando el Mediterráneo en zig-zag, atracando en los puertos de Túnez, Turquía, Egipto, Israel, Líbano y Siria, adentrándose hasta llegar a Jordania, Irak e Irán por un lado, y a Georgia y Armenia por el otro.

Si hay una cocina neta e inequívocamente mediterránea, la cocina de Oriente Medio lo es.

Pero es esa misma condición mediterránea la que nos la acerca, condición que se ve, huele y degusta en sus verduras, sus legumbres, sus frescas hortalizas, y por supuesto, sus olivas y su gran jugo: el gran aceite de oliva que hermana todas esas culturas con la italiana, la  española y la portuguesa, y que como si de comerciantes fenicios se tratara, recorre todos los rincones del Mar Nuestro, traspasando las Columnas de Hércules hasta llegar al Atlántico.

Sus carnes a la brasa no nos resultan tampoco extrañas, su gusto por el cordero y la carne de vacuno y si bien es cierto que tienen la mano más suelta con las especias, es eso precisamente lo que la diferencia de la nuestra y lo que nos atrae hacia ella.

Teniendo la perspectiva de un largo verano valenciano, se me hacía muy cuesta arriba pasarlo sin mojar pan pita planito y flexible en un hummus que no fuera el que venden en Mercadona -que por cierto, con un par de toques extra no está nada mal- De ahí el hilo que abrí en el mes de julio: Restaurante Libanés en Valencia.

La primera recomendación que recibí fue a favor del Beirut King, opción que yo había previamente rechazado en mi primer post del hilo pues al haber visto un par de ellos por Valencia y habiéndome percatado de su idéntica decoración, inmediatamente los catalogué de franquicia.

No obstante, la insistencia de Dani C. hablándome con total sinceridad de lo que encontraría y publicando su afición por el de la Avenida de Aragón, local al que puedo acceder dando un agradable paseo desde mi casa valenciana, me decidió a darle una oportunidad y aunque posteriores aportaciones al hilo me dieron pistas sobre otras alternativas, se me quedó la historia de ese libanés que consiguió crear una mini-cadena de restaurantes en Valencia que en tiempos de crisis parecía ir viento en popa.

Anoche decidimos darnos ese paseo por la Avenida de Aragón abajo y sobre las 20:45 horas llegamos a la gasolinera de BP que sirve de "marco incomparable" a su terraza ;-)

Este escenario no nos echa para atrás y de hecho decidimos sentarnos en la agradable terracita sin pretensiones, mesitas y sillas blancas de plástico, como cualquier otra terraza valenciana.

La temperatura de la noche era perfecta, el ambiente tranquilo, simplemente se estaba muy bien.

Una diligente y muy dispuesta camarera nos hace llegar las cartas. He de reconocer que fue una agradable sorpresa su acertado diseño visual.

Nos adentramos en ellas y compruebo lo que ya anticipaba, la carta se compone fundamentalmente de entrantes, tanto fríos como calientes y los platos principales no son realmente tales sino que básicamente son la versión mediterránea oriental de nuestros bocadillos o empanadas.

¿Por qué lo anticipaba? Porque es la opción que mejor se adapta a un concepto de comida rápida o tipo “tapas”.

Antes de decidirnos por el “Menú de Degustación” que se compone de ocho platos, postre y café y que no incluye bebida, pregunto por la composición del mismo pues no quiero que se queden fuera ciertos platos que me apetece mucho que pruebe Javi. Habiendo comprobado que todos ellos formaban parte de esta selección elegimos esta opción.

En cuanto a la bebida hay que reconocer el esfuerzo que han hecho por incluir vino en la carta. Conté aproximadamente seis blancos provenientes en su mayoría de la Comunidad Valenciana, con la excepción de un verdejo y un albariño, unos dos o tres rosados y unos seis u ocho tintos entre los que se encontraba un libanés.

No obstante nos apetecía cerveza y pedimos cerveza libanesa. Lamentablemente no fue posible pues según nos explicaron, problemas de logística habían impedido que les fuera entregado un pedido que habían estado persiguiendo durante toda la semana. Así que al final, un par de cañas.

• Los platos nos llegarían en diferentes series siendo la primera:

1. Fatuch: Fresquísima ensalada a base de pimiento, tomate, rábano, cebolla y pepino, cortado a cuadraditos muy finos, con crujientes daditos de pan frito. Muy buena.
2. Hummus: Posiblemente la especialidad más conocida de esta cocina. Puré de garbanzos con pasta de sésamo y toque de ajo, aderezado con limón y aceite de oliva virgen.Aunque los he probado mejores, éste estaba bueno, únicamente eché en falta el toque de pimentón que aunque no es imprescindible, le da una gracia especial.
3. Emtabal: Misma base de sésamo, ajo y limón pero esta vez mezclada con puré de berenjenas. Rica.
4. Pan libanés: Muchos pueblos de Oriente Medio eran nómadas, la mayoría, por lo que el uso de cubiertos no era una opción viajando con la casa a cuestas. En estos países lo tradicional es coger los alimentos con finísimo pan pita, un pan que por su flexibilidad y tamaño te permite igualmente recoger un trozo de ensalada, como mojarlo en el hummus o utilizarlo como cucharón para hundirlo en un cuenco de carne. El del Beirut King era fino y flexible, pelín insulso (esto no tiene porqué ser un defecto pues así no desvirtúa el sabor de los platos con los que lo degustamos) pero nos llegó frío, cuando a mí me gusta que esté calentito. Repetimos.

• Segunda ronda:

1. Fatayer Lahme: Empanaditas rellenas de carne picada, cebolla, tomate y piñones. El relleno está rico pero apenas aprecio el toque picante que se supone que tiene. La masa está bien frita porque no desprende grasa pero sí resulta algo tosca, adolece de las finura de otras masas de empanadillas libanesas que he probado.
2. Kubeh: Suerte de albóndigas de carne picada, cebolla y piñones. La pena de este plato es que en otras ocasiones las he tomado tan ricas que en esta ocasión no me llamaron mucho la atención pero creo ser objetiva si digo que aunque el sabor era correcto, estaban algo duras, nada jugosas.
3. Fatayer Yubne: Empanaditas rellenas de queso cremoso. No soy tan conocedora de la cocina libanesa como para poder ratificar mi presentimiento pero me da que este plato está incluido para el gusto "Occidental". No aporta nada pero está bueno si te gustan los lácteos grasos en masa de empanadilla.

• Última ronda de salados:

1. Falafel: Otro de los platos más conocidos de la cocina de Oriente Medio, son croquetas de legumbres, que pueden ser garbanzos, habas o alubias, cocinadas con especias, hechas puré y fritas. Correctas.
2. Shawarma Yechs: Finas tiras de pollo asado sobre base de col, tomate y salsa de sésamo. No me llamó la atención en ningún sentido.

• Postre para dos:

1. No tenemos nombre: Postre cremoso con queso y gelatina cubierto de pistacho picado. Muy dulce, como todos los de esta zona.

Nos sentimos en todo momento bien atendidos teniendo en cuenta que el local se iba llenando por minutos, tanto dentro como fuera.

Nuestra camarera nos apuntó con una sonrisa todos los platos del menú de degustación y nos sirvió unos muy buenos cafés cortados, de lo mejor que he tomado últimamente.

Pedimos la cuenta y la sonrisa afloró en nuestras caras: 36,40€. Teniendo en cuenta que el menú costaba 16,00€ por cabeza, las cuatro cervezas que nos tomamos nos salieron a 1,10€ cada una ¡genial!

Con toda sinceridad, si alguien me pregunta por un restaurante libanés en Valencia no les recomendaría el Beirut King pero si por lo que me preguntan es donde tomar cocina libanesa correcta y muy bien de precio, será el primero que recomiende.

¡Ah! Y si nunca has probado la cocina de Oriente Medio ¡aquí debes empezar!!!!