Comer chocolate es bueno para el corazón

Apuesto que los cautivé con el título, y es que pocos saben que el chocolate es realmente bueno para el corazón. Su alto contenido de dos beneficiosos antioxidantes como lo son los Flavonoides y Polifenoles, ayuda a mejorar el tono vascular, reduce la presión arterial, disminuye la agregación plaquetaria, controla el colesterol y baja la inflamación del tejido cardiovascular. Pero cómo no, si usualmente está lleno de vitamina A, C, D, E, B1, B2, Fósforo, Magnesio, Potasio y hasta Calcio; compuestos que ayudan al combate en contra del envejecimiento celular.

Pero sinceramente, mi afirmación es un poco más emocional que físicamente hablando. Aparte del aporte energético, el chocolate tiene otras sustancias como la Feniletilamina, que es un afrodisiaco natural. Sí, el mismo que se produce en el cuerpo cuando nos enamoramos. Eso ligado a la Seratonina y al Triptófano, los cuales se comportan respectivamente como un transmisor de bienestar general en el organismo y como un calmante natural que ayuda a reducir el estrés, conforman un buen cóctel de sustancias para el mejoramiento anímico, como ninguno.

Pero como no serlo si su base, el cacao o Teobroma Cacao, ya es un estimulante cerebral gracias a la Teobromina que inclusive ayuda a la concentración. Y vaya concentración que necesité para no morir de una sobredosis de chocolate el día que me invitaron a presenciar el arte de hacer chocolate en una de las más conocidas tiendas de chocolate artesanal de Latinoamérica: La Praline Chocolatier. Inexplicable la agradable sorpresa que me llevé hace poco tiempo, cuando me enteré que la mejor chocolatería de Venezuela abría sede en Panamá.

Mi escaso tiempo libre y su excelente ubicación en una de las mejores zonas de la Ciudad de Panamá, me obligaron a pasar frente a la tienda varias veces sin poder parar ni un segundo. ¡Qué envidia a los clientes que veía dentro! Hasta que un día leyendo sus redes sociales me percaté de la excelente iniciativa que sus dueños estaban llevando a cabo: talleres y degustaciones de bombones armonizados con vinos y licores. ¿Qué más se puede pedir? Ah, cierto… una invitación.

Y así fue como terminé haciendo un tour por sus pequeñas pero genialmente acondicionadas instalaciones, viendo todo el material que utilizan para hacer sus famosos bombones, hablando de tipos de cacao (Criollo, Trinitario y Forastero), su historia, las zonas del mundo donde se cultiva (incluyendo a mi querida Venezuela), sus métodos de producción y procesamiento, entre otras muchas cosas. Sin embargo, el clímax llegó cuando se sacó una Ganache caliente y el grupo comenzó a hacer trufas como una línea de producción bastante bien guiada por su maestro chocolatero Ricardo Baquero y su Sous-Chef Daniel A. Secas.

Al término de la sesión de embadurnamiento de chocolate, todos recibimos bolsitas de trufas para llevar a casa, las mismas que acabamos de hacer, y es que Rosanna Marty (esposa de Ricardo) nos sorprendió con el agradable e inesperado agasajo mientras probábamos y armonizábamos varios de sus mejores bombones (Piel de Naranja, Ponche Crema, Romero con Sales del Himalaya, Toffee o salsa de caramelo, entre otros) con un cava español, un porto y ron panameño. Que nos la hemos pasado genial y nos ha hecho bien al corazón.

No me queda más que invitaros a que, si algún día pasáis por Panamá o Caracas, se acerquéis a degustar estos deliciosos chocolates de materia prima de primera y seguro escuchareis alguna emotiva historia de parte de sus dueños de cómo se fundaron. Nos vemos en los comentarios, queridos lectores. Hasta la próxima.

Daniel Delgado
Voz de Verema.com desde América Latina