Lo que queda por venir: el garaje del vecino, la pequeña historia de dos vinos cada dia.

Revisionando Lola de Jacques Demy aporto un comentario del director:

“Lo que me ha decepcionado siempre en el musical es el paso del dialogo a la música y al revés. Creo que existe otro modo de paso mejor, y creo que lo he encontrado. Esto es lo que voy a hacer ahora. Después de cinco minutos de proyección ya no se sabrá si se baila, si se canta, si se habla o si se anda. Es otro mundo. Es lo que quiero hacer ahora.”

Una cata normal, sin sobresaltos, una mezcla, un aquelarre de sabores y como empezó de baboso y listán negro y vuelta a distinguir ese punto de piel de enebro que endulza la cosecha casi entera.

Los babosos adulzados que he probado no han estado mal.

La listán negro es a mi parecer menos terrosa que la vijariego negro que creo marca más el terroir canario en su esplendor.

Encabezarlo y saltarán chispas (el baboso negro). Este es el momento que podriamos estar esperando, fraguar este vino con un toque de grado superior, dejarlo que pose con un mosto fortificado, animar el cuerpo en fermentación, o esperar al final, lo que importa es sacar una carga añeja, un sudor de madera y vino que sea mas poesía que mercado, que luego vendran quienes ahoguen sus penas en este delicioso baboso. O estamos equivocados. Denle al reprise o al delete. No los puntuen, por favor.

Tengo un vecino que tiene su terruño escondido, llamarlo parcela, pequeño pago a hurtadillas camino de mi casa, por detrás de un cuarto de aperos abandonado y fundido entre hortigas, tuneras y almendreros, tambien para llegar de otra manera hay que atravesar algun cacho tierra con papas o está detrás de unos aguacateros según lo mires, o el cañizo de los tomates casi tapa las vides. No se cuanto tiempo lleva plantando uva y recolectandola en verano para un vino de tina en su garage, yo llevo mas de un par de decadas por este desparrame de cascajos. Le digo que ya tiene uno de los vocablos favoritos a su alcance. Ponemos referencias. Incluso le digo que allá donde tienen pizarras aquí tenemos el volcan entero. Y hasta le pongo el ejemplo del Mosel o Rheinhessen o la pequeña Alsacia vestida de Asterix, y en el Priorat tal y cual casi valdría el doble, esto puede que ponga a Tintín contento perdido o se vuelva revolucionario con la pequeña virtud de hacer vino en casa, en el garage, para los compadres y vecinos.

Hace el vecino un listán negro que moja con todo. Lo bebes y al final solo te queda ese momento culminante de haber bebido un vino, olvidado todo el lenguaje supertécnico y metafórico que termina en puntos...(Qué manía!).