Salinas Isla Cristina, Huelva

Las salinas son lugares donde se deja evaporar el agua de mar para obtener sal, se sabe que este procedimiento ya se usaba en China hace miles de años y posteriormente en Grecia pero con la llegada del Imperio romano, la sal marina se convirtió en un producto muy valioso.

El uso de la sal como ingrediente alimenticio está extendido por todo el mundo, también como conservante. Antiguamente tenía un gran valor económico, la palabra salario viene de sal, ya los egipcios pagaban a sus soldados con este preciado producto y más adelante, los romanos. La sal incluso, se utilizaba para comprar esclavos, de ahí la expresión No vale ni su sal.

Existen salinas en todo el mundo, España es un importante productor,son conocidas la sal de Ibiza, las salinas de oro en Los Pirineos, con agua de manantial, o las salinas del sur de España, las de la Bahía de Cádiz y la de Isla Cristina en Huelva.

Hace unas semanas visité estas últimas, una pena que no estuviesen en periodo productivo, que obviamente es en verano. Aún así resultó una visita interesante: la explicación del proceso de extracción de la sal, la vista de los flamencos, el entorno y la degustación de diferentes tipos de sal.

En Biomaris, las salinas de Isla Cristina, elaboran sales mas o menos fina, sal en escamas y, su producto estrella, la flor de sal, que se extrae de la superficie del agua.

Hasta hace unos años, solo en Huelva había catorce salinas, su sal se vendía fundamentalmente para salazón de pescados, hoy en día sólo sigue produciendo ésta.

La flor de sal es una sal delicada, sala menos que otras, siendo su producto estrella, lo comercializan también en numerosas y variadas mezclas, la mayoría sorprendentes: Con pimienta negra, pimienta de jamaica o pimienta roja, con limón o naranja, con romero o aceituna negra, con curry, con ajo, con mezcla de ajo y limón y un largo etcétera. Un toque especial para usar en nuestra cocina. Si tenéis ocasión, probadlas.