Blog de Álvaro Moreno

El Valle del Rodano II. Auguste Clape

La fiesta continuaba y lo hacía de la mejor manera posible, el sábado a la mañana, teníamos cita con uno de los grandes, con uno de esos productores que no suelen salir en la foto, de los que casi todo el mundo habla bien, de los que para algunos es el modelo a seguir, uno de los productores que nos hizo esbozar una sonrisa en el 2010 al degustar alguno de sus vinos, habíamos quedado en Auguste Clape, en Cornas. Clape es una leyenda en la región, posee viñas en alguno de los mejores pagos de Cornas, la zona vinícola más meridional del Ródano norte y más cálida a su vez, y elabora unos vinos de corte clásico y desde mi punto de vista más adaptado al paladar de vinos tintos español que sus vecinos de Hermitage o Cote Rotie. Tengo que decir después de catar muchos vinos en los dos primeros de días de viaje por todo el Rodano Norte, que sin lugar a dudas me quedo con los vinos de Cornas, me cautivaron los vinos de Alain Vogue y de Clape. Además cuando paseas por el pequeño pueblo y sobre todo por el anfiteatro natural salpicado de viñedo que rodea esta sencilla población tienes la sensación de percibir la personalidad que después descubres en el interior de una copa de syrah.

Cuesta encontrar la bodega de Clape y no es porque este alejada del pueblo ya que se ubica en la carretera principal que atraviesa la villa, pero no hay ninguna señal que la identifique, en el lateral de una humilde vivienda, en lo que viene siendo un garaje, un sobrado, un pequeño almacén o taller anejo a la casa, se abren las puertas de una de las bodegas de referencia a nivel mundial. En el subsuelo de ese pequeño almacén, bajando por unas oscuras escaleras llegamos a lo que debemos llamar bodega, pero en realidad podría pasar por una auténtica cuadra, grandes fudres de madera ennegrecidos, algunas botellas apiladas cubiertas por varios centímetros de moho, conforman el mobiliario de este habitáculo. Nos recibieron Pierre-Marie (hijo de Auguste) y sobre todo su sobrino Olivier, quien fue nuestro verdadero anfitrión, dando muestras a pesar de su juventud de tener las ideas muy claras y mostrándose como un perfecto sucesor y continuador de esta gran estirpe de vinateros.

 

Esta es de esa bodegas en las que el tesoro se encuentra en el interior de los fudres y las botellas y no en la imagen externa, la primera impresión desconcertante se diluye en cuanto el toma muestras deja caer en tu copa la primera muestra de vino en elaboración, lo tenebroso y oscuro del interior de la bodega toma brillo y color con la syrah en el catavinos, la oscuridad de la noche da paso a la luz de los vinos. Desde aquí y desde hoy me declaro “Clapista”, a pesar de los aromas de establo y cuadra que encuentras en sus vinos en elaboración, la oxidación e incluso acéticos que olisqueamos en muchos de los vinos que catamos (Olivier decía, propios del terruño y no solo de las condiciones de la bodega).  Son vinos que me convencen, que me emocionan, que tienen duende, personalidad.

Catamos tanto las añadas 2009 y 2010 en pleno proceso de elaboración, de la Renaissance (procedente de las viñas más jóvenes) y del Cornas clásico. En mi opinión dos grandísimas añadas, sobre todo la 2010, en particular uno de los fudres del Cornas del 10 para mi fue quizás el vino que más ha llegado en los 5 días de visita por el Rodano. Catamos también añadas más antiguas, hasta 7 diferentes (pido disculpas porque como decía perdí mi cuaderno de notas y no recuerdo al detalle cuales fueron las que degustamos) lo que hizo que la emoción y sobre todo la pequeña “mosca” que fuimos macerando (ya que llego un punto en el que no se escupían los vinos, ¡¡que sacrilegio!!) nos llevará a sacar unas bandejitas de jamón ibérico que suelen acompañarnos en cada una de nuestra escapadas y montamos un picnic en los entresijos de la bodega de Auguste Clape, junto a sus renegridos depósitos de madera que difícilmente podrá repetirse y borrarse de nuestras memorias triperas.


Experiencias como estas no hacen más que ratificarme en mis principios, descubrir la verdadera realidad del vino y sentirme identificado con esta forma de vida.

  1. #1

    EuSaenz

    Aunque han ido perdiendo un poco de nivel en las últimas añadas (en mi opinión) considero a estos Clape como los Cornas más auténticos que existen, recuerdo un 96 como algo muy especial. Me gusta mucho también el estilo de Allemand, aunque tiene poco que ver.

    Bonita visita.

    Saludos,
    Eugenio.


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