Cata de vinos de la Ribera del Duero

Una vez más el equipo de catadores de Verema.com se reunió para catar a ciegas una selección de vinos. En esta ocasión el hilo conductor fue la tempranillo, y concretamente los vinos procedían de la zona de la Ribera del Duero. Cómo es habitual hubo algún emboscado, en primer lugar una tempranillo de una zona muy cercana pero con carácter diferencial: Cigales y en segundo lugar un vino manchego elaborado con una variedad notablemente distinta: la malbec. Hemos de decir, eso sí, que los catadores detectaron sin problemas las peculiaridades diferenciales de ambos “emboscados”.

Si bien la tempranillo no es la variedad más abundante en España si es la más característica. A nivel internacional, cuando se pregunta por las variedades más representativas de España, la respuesta “tempranillo” suele ser la más común. Además esta variedad, con un amplísimo número de sinonimias, es fácil de encontrar por todo el territorio nacional. Entre algunas de esas denominaciones encontramos: tinto fino, tinta del país, tinta de Toro, ull de llebre, jacivera, tinta roriz, tinto riojano, cencibel, tinto de Madrid,….

Además la tempranillo es la variedad principal en las denominaciones de origen Calatayud, Cigales, Conca de Barberá, Costers del Segre, La Mancha, Ribera del Duero, Rioja, Somontano, Utiel-Requena, Valdepeñas y Vinos de Madrid.

Según la Wikipedia ocupa una superficie de cultivo de 31.046 hectáreas, lo que supone un 61% de la D.O. Calificada Rioja, con un aumento progresivo en los últimos años en detrimento de otras variedades.

Su nombre viene asociado al hecho de su maduración temprana, aunque también brota pronto. Es una uva de grano medio, redondo y de piel bastante dura. La planta es vigorosa, de porte erguido. Sus racimos son de tamaño medio y bastante compacto. Es una cepa no demasiado productiva. Los vinos de tempranillo se caracterizan por tener una acidez media sin mucho color pero muy estable, que envejecen bien con la crianza en barrica.

Pero vamos allá con los resultados de la cata. El ganador de la cata fue un agradable Arzuaga crianza 2006, la constatación de que la sencillez no está reñida con el disfrute. Una tempranillo de libro, más bien de corte clásico, un mecanismo de precisión bien lubricado capaz de aportar placer sin complicarse la vida.

El segundo clasificado, en  la línea del anterior, un “roble” el Obra roble 2006, fruta que se expresa con franqueza y en la que el protagonismo es totalmente para la materia prima. Un vino de bodegas J.C. Conde Delgado que presenta sin maquillajes la expresión de la tempranillo en el terruño de Ribera del Duero.

Finalmente el podio lo cerró el Sentido 2006, de nuevo de Bodegas J.C. Conde Delgado, un tempranillo con un paso por barrica de 10 meses (en una combinación de roble francés y americano) que se mostró atractivo y expresivo.

El resto de los vinos catados obtuvo puntuaciones por encima del 7, demostrando un buen nivel para el conjunto de los catadores. Destacar la cuarta posición del tempranillo de Cigales, el Ovidio García crianza 2005, algo más “ligero” que sus hermanos del a Ribera y que empató con el Bracamonte 2004, la apuesta de Yllera dentro de la Denominación de Origen. También mostró un interesante carácter el Malbec L’Ame, de Alto Landón, que con su carácter mediterráneo se mostró más contundente que sus compañeros de cata.

Para finalizar, la habitual visita del TCA que nos impidió disfrutar del Valdrinal reserva 2003, el más maduro de los Riberas catados.

Y esto es todo hasta la próxima cata de Verema.com