Cata de vinos blancos italianos

Si en España los vinos de Italia son los grandes desconocidos, pese a ser este uno de los principales países elaboradores, no os cuento la enorme escasez de información sobre los vinos del Friul-Venezia Giulia. En todo caso los conocedores suelen haber oído hablar de los Prosecco, uno de los espumosos italianos que con más frecuencia se suelen encontrar en tiendas especializadas de nuestro país; pero claro, ¿cuánta gente ha oído hablar de la DOC Collio, de la DOC Colli Orientali del Friuli o de la IGT Venezia Giulia.

Los vinos de la zona son principalmente blancos, elaborados con Chardonnay; Malvasia (Malvasia istriana); Muller Thurgau; Picolit; Pinot bianco; Pinot grigio; Ramandolo; Ribolla o Ribolla gialla; Riesling (Riesling renano); Riesling italico; Sauvignon blanc; Friulano (Tocai friulano); Traminer aromatico; Verduzzo friulano.

Veamos lo resultados de la cata. El vencedor de la cata fue el Lis Neris Gris 2006, un vino del elaborador Álvaro Pecorari, elaborado en la IGT Venezia Giulia con pinot grigio vinificado en barricas de roble francés de 500 litros, haciendo una crianza sobre sus lías finas y con battonage. Este Lis Neris (las Damas Negras) muestra las huellas de ese paso por barrica y el trabajo con las lías y muestra notable elegancia y personalidad.

Para los que entiendan el italiano os pongo una entrevista a este elaborador. Pese al ruido de fondo se entiende bastante bien:

El segundo clasificado fue el Rocca Bernarda sauvignon blanc 2007 un vino de la bodega Rocca Bernarda elaborado dentro de la DOC Colli Orientali del Friuli. Un sauvignon al uso, con esas peculiares notas de ‘pis de chat’ que suelen caracterizar a la variedad y combinando cierta golosidad con a sensación de ligereza que aporta su buena acidez. Como curiosidad diré que esta bodega está en manos de la Orden de Malta.

El pódium lo cierra otro vino de la bodega Rocca Bernarda, el Rocca Bernarda Vineis 2007, en este caso un vino multivarietal fruto del ensamblaje de dos variedades foráneas chardonnay y sauvignon blanc y dos autóctonas tocai friuliano y picolit. En la elaboración algunas de las variedades tienen un paso por barrica y trabajo sobre lias finas más extenso y otras, como la picolit se vinifican sobre todo en acero inoxidable.

Fuera del pódium pero con excelente puntuación (8,13) quedó el cuarto clasificado, el Ca' Ronesca friuliano 2007, de la bodega Ca' Ronesca y de nuevo un vino monovarietal, elaborado con uva autóctona y con un interesante trabajo sobre lías. La uva es la controvertida (por su nombre) tocai friuliano que por decisiones políticas en el seno de la Unión Europea ha perdido el nombre (tocai) y se ha quedado sólo con el apellido (friuliano).

Quisiera también citar, el monovarietal de ribolla gialla de la bodega Ca’Ronesca, que entre vinos frescos pero con cierta golosidad, tal vez pagó nuestra ignorancia sobre la variedad (yo era la primera vez, que recuerde, que la cataba) y que apareció con una sutil e intrigante mineralidad que incita a probarlo con más detenimiento.

Pero no acabó la cata con los vinos italianos. Lo cierto es que descubrir nuevos terruños y variedades es algo que no podemos hacer todos los días, así que decidimos cerrar la cata con un nuevo salto en el espacio para aterrizar en el Languedoc-Rosellón, concretamente en el Departamento de los Pirineos Orientales para endulzar nuestras papilas gustativas con dos vinos de Rivesaltes de perfiles bastante diferenciados. La cata también fue a ciegas y no se dio, en este caso, indicación geográfica ni varietal alguna. En la comparativa arrasó la elaboración de estilo más clásico, el Reflexió Rivesaltes Hors d'Age, de la bodega Castell Pesillà, un seductor vino fruto del ensamblaje de garnacha y macabeo con enorme profundidad y excelente definición. De hecho, si hiciéramos un ranking global con todos los vinos de la sesión este vino habría quedado cuarto, ni más ni menos que con un 8,26. En el comentario de síntesis se afirma: “Color ámbar brillante. Tiene una nariz expresiva y muy profunda, con notas pasificadas, café recién tostado y algo de azúcar quemado. En boca ataca bien, dulzor equilibrado con la excelente acidez, suave amargosidad, una trama muy bella y bastante longitud.”

El otro de los vinos catados, el Arnaud de Villeneuve Muscat de Rivesaltes 2007, con un estilo más moderno y un ensamblaje, en esta ocasión basado en la uva que da nombre a la AOC (50% muscat d'Alexandrie y 50% de muscat de petit grains), obtuvo un meritorio 7,9 y en el comentario de síntesis se dice: “Pajizo con destellos dorados. Tiene una nariz de media intensidad, con excelente definición, muchas notas florales, dulces y profundas, hay algo de mandarina y de azúcar quemado. En boca tiene buen ataque, de carácter dulce, con notas amargas, muy buena acidez que se equilibra con el dulzor. Sensación global de ligereza y bastante longitud."

Y esto es todo hasta la próxima crónica.