Cata de vinos blancos 2007
Aunque el consumidor español medio de vino es básicamente “tintocentrista” lo cierto es que las variedades blancas también tiene gran importancia y no sólo cualitativamente sino también cuantitativamente. Por ejemplo en el 61,5% de la superficie con viñedo se producen variedades blancas, sobre todo en las CC.AA. de Castilla La Mancha, Extremadura, Andalucía y Cataluña.
De hecho las variedades de uva más comunes (por orden de importancia en cuanto a su consumo) son la Airén, Tempranillo, Bobal, Garnacha Tinta, Monastrell, Pardina, Macabeo y Palomino.
Si miramos datos de producción el 43,5% de la producción española de vino corresponde a vinos tintos, en este caso destacan las CC.AA. de Murcia, La Rioja, Aragón y Valencia por tener un porcentaje mayor de producción de vinos tintos sobre el total.
Con los últimos datos disponibles de comercialización (campaña 2004/05) destaca el aumento del +21,9% para los vinos blancos (1.929.942 Hl). Sin embargo, disminuyen un 10 % los rosados (582.558 Hl), los tintos un 3,5 % (6.121.107 Hl), un 0,8% los espumosos (1.677.753 Hl) y, finalmente un 0.54 % para los vinos de licor (962.720 Hl).
El panorama de los vinos blancos muestra gran diversidad, aparte de los vinos generosos, dulces y los espumosos, las zonas con más tipicidad son, sin lugar a dudas las diferentes denominaciones gallegas y Rueda. Los blancos riojanos, los de Terra Alta y los bercianos tienen un escaso protagonismo frente a los tintos de esas mismas zonas aunque hay elaboraciones muy rescatables. También domina en La Mancha una variedad autóctona, la airén, aunque no tengo muy claro el verdadero potencial de esta variedad.
Otras zonas han optado por las variedades foráneas, Penedés, Somontano, Utiel-Requena, con resultados dispares. En concreto la chardonnay ha desembarcado en un buen número de denominaciones adquiriendo notable protagonismo.
Así pues, llevamos a cabo esta cata con una variada representación geográfica de vinos blancos nacionales. El ganador de la cata fue el Pirineos Mesache 2006, fruto del ensamblaje de Macabeo de Vendimia Tardía, gewurztraminer y chardonnay, seductor y con presencia. Un vino excelente.
El segundo clasificado, un blanco de Penedés, fruto de un ensamblaje de Xarel•lo y Chardonnay y con un paso de 9 meses por barrica, con estructura y equilibrio el Blanc Montserrat Quinze barriques 2004.
El tercer clasificado, M. Miñambres Albarín 2005, todo un descubrimiento, una variedad recuperada, la albarín y con enorme atractivo.
Hasta cinco vinos más superaron la barrera del 7,50, el cuarto clasificado, un Terra Alta, quinto y sexto, ambos Rueda verdejo, el séptimo, un albariño de Rias Baixas y finalmente un Somontano fruto del ensamblaje de chardonnay, gewurztraminer y pinot noir. Como es habitual, el TCA nos visitó, motivo por el cual descartamos el Alba rosa albariño 2005.
Esto es todo hasta la próxima cata.
Nota: Crónica modificada el 7 de Junio de 2007 para corregir una omisión.
