La rebelión de los modestos: Cata de Riberas del Duero
La Ribera del Duero, a la estela de Rioja y Jérez, es una de las zonas productoras españolas con más prestigio, tanto a nivel nacional como a nivel internacional. La enorme expansión en el número de bodegas y superficie de viñedo ha ocasionado algunos problemas de excedentes que todavía constituyen un factor crítico para los elaboradores inscritos. Como referencia, las hectáreas inscritas en 2005 eran 20.043 frente a las 15.262 que había sólo cuatro años antes, en 2001.
Territorio de vinos tintos, allí reina la tempranillo, conocida por esos pagos como Tinta del País o Tinto Fino a la que se ha venido acompañando con algo de cabernet sauvignon ya desde hace décadas. Con el paso de tiempo se han ido introduciendo otras variedades como la merlot y la malbec y se han recuperado otras autóctonas como la garnacha tinta y la albillo.
Los vinos de la Ribera se debaten entre una mal entendida modernidad, tan del gusto de algún que otro crítico norteamericano y la elegancia que el terruño aporta –o puede aportar- a los vinos de la zona.
Vayamos pues con el resultado de la cata que fue, cuanto menos, sorprendente ya que algunos de los vinos más “modestos” en precio coparon las mejores posiciones. Comenzando por el ganador de la cata el Atalayas de Golban 04, con el carácter de los vinos de la zona, muy buena presencia y una excelente estructura.
El segundo clasificado fue el Bracamonte tempranillo 04 del Grupo Yllera, goloso y con concentración y con una nariz seductora y con volumen.
El tercer clasificado fue el Pagos de Peñafiel reserva 01 de Hijos de A. Polo, S.L. equilibrado y atractivo y de nuevo con la tipicidad de los vinos de la zona.
Bastante por encima del 8 quedó también el cuarto clasificado, esta vez ya uno de los “grandes” el atractivo Chafandin 03 de Bodegas y Viñas del Jaro y un modesto La Planta 05, un vino joven de Bodegas Arzuaga, de trago largo y con una nariz muy completa.
Eso es todo hasta la próxima cata.
