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Cata de vinos rosados: La vie en rosé

Criticados por los expertos y olvidados por los segmentos más especializados del mercado, los vinos rosados arrastran toda una leyenda negra en el mundo del vino.…. y lo cierto es que siguen siendo vino de pizzería, de restaurante “chino” y de chiringuito de playa y pocos se atreven a pedirlos en los restaurantes más “chic”.

Elaborados a partir de variedades tintas o de la mezcla entre variedades tintas y blancas e, incluso (y excepcionalmente) a partir de variedades rosadas, no hay nada en el proceso técnico de elaboración de un vino rosado que impida hacer un gran vino.

Así, el equipo de Verema, se puso manos a la obra para dar un somero vistazo al prolijo panorama de vinos rosados españoles y eligió 21 de estos vinos para ser catados. La mayoría 2002 pero también algún 2001 para tratar de examinar su capacidad de resistir el transcurso del tiempo.

Y precisamente la primera conclusión, es que no envejecen nada bien, con excepción de un glorioso Tondonia crianza del 93 y de una magnífico Alma de Tobía fermentado en barrica del 2001, todos los vinos que no eran de la última cosecha mostraban serios síntomas de fatiga, 5 de ellos no fueron puntuados por los catadores y dos de ellos fueron perjudicados en su valoración por sus síntomas de decaimiento, concretamente el Casa de la Ermita shiraz 2001 y el Terreta rosé 2001. Por tanto tómese su puntuación de forma positiva, más por su mayor capacidad de aguante que por la mera descripción de sus características en el momento de la cata.

El ganador de la cata fue el Ochoa rosado de lágrima 2002, mostrando que la reputación de Navarra en este tipos de vinos está más que justificada, rozando la puntuación 8 cuesta entorno a los 4-5 €…. ¡¡que más se puede pedir!! El segundo clasificado fue un curioso Alma de Tobía, muy bien hecho y con un punto de madera muy equilibrado, también por debajo de los 6€. El tercero en el podio fue el Roigenc 2002, que mostró el enorme esfuerzo de los vinos catalanes por situarse en la élite de los rosados. Fuera de concurso, y al que sólo se “atrevieron” a puntuar dos de los catadores se situó el Tondonia, un vino de otra dimensión y categoría, difícil de calificar como un rosado… después de haber probado los 20 rosados previos.

¿Y el resto del elenco? Pues para reafirmar el combate navarro-catalán el cuarto fue el excelente Nekeas 2002 y a algo de distancia el Capçanes rosat 2002. Enorme relación calidad la del primero, por debajo de los 5€, aunque no debemos olvidar que el precio del Capçanes tampoco excede los 6€.

El vino de más precio entre los catados fue el Tondonia, alrededor de los 10 € (aunque vale mucho más de lo que cuesta), seguido del Roigenc (cerca de los 7€) y el Capçanes (unos 6€). El más barato fue un dignísimo Viña Romale 2002, alrededor de 1,5€, seguido del Monte Ory 2002, que con un precio de 2€ quedo ¡¡sexto!! y del Viña Canchal 2002 que con 2,5€ quedo en una meritoria séptima posición.

Mención aparte merece el lugar de la cata. Javier Sánchez, seguidor del foro y veremero de pro nos cedió su mesón, El Desván, para llevar a cabo de forma pública nuestra reunión y gracias a ello fue posible que todos los vinos estuvieran en condiciones óptimas de temperatura para la cata. Gracias Javier. ¡Ah! Y de todos los vinos catados podéis ver los comentarios en el resto de esta crónica.

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