La Ruta Bercial: En busca del maridaje perfecto
Con cierta asiduidad reaparece en el foro de Verema el tema de la disyuntiva entre vino para catar y vinos para comer. En Sierra Norte, una bodega ubicada en el municipio valenciano de Camporrobles, parecen tenerlo claro…. quieren hacer vinos que acompañen a la comida sin restarle protagonismo y tan seguros están de su idea que han ideado algo sumamente novedoso, bautizado como “Ruta Bercial” y que consiste en retar a la flor y nata de la restauración valenciana para que hagan menús que mariden con sus vinos.
Con notable entusiasmo nos desgranan paso a paso los entresijos de esta atractiva aventura, tanto Benjamín Briz, director comercial de la bodega como Paco Alonso, comunicador especialista en gastronomía, relatándonos con pasión las experiencias ya vividas y lo que queda por venir…..
El equipo técnico de bodegas Sierra Norte, formado por Javier Pardo, en la dirección técnica y por la enóloga Maria Pilar Domingo trabajan para ofrecer vinos cada vez más equilibrados y con respeto al terruño que trabajan. Para seguir esos avances y contando con la presencia de Maximiliano Bao (Nariz de Oro 2005 y sumiller del restaurante Kailuze) Benjan Briz y Paco Alonso nos prepararon una cata que incluía una serie de muestras en los que pudimos apreciar su trabajo con la autóctona bobal y también con la tempranillo, la cabernet sauvignon y la merlot.
Además probamos también la gama de vinos que tienen actualmente en el mercado, comenzando por su blanco 2006, un ensamblaje de 48% Macabeo, 42% de Chardonnay, con un toque de sauvignon blanc (7%) y una chispa de garnacha blanca (3%) que pasa 2 meses de barrica francesa. Presenta un color pajizo dorado. La nariz, de buena intensidad, algo cítrica, con notas de humo y mantequilla, fruta amarilla. En boca resulta fresco, con cierta untuosidad, buena acidez y buen recorrido.
Seguimos con su tinto madurado 2005, tempranillo 80% y bobal 20%, elaborado con un procedimiento de maceración semi-carbónica y que pasa 3 meses en barricas de roble francés de Allier con tostado medio. El vino presenta color granate de capa media, nariz de media intensidad, con bastante profundidad, con algunas notas tostadas, toques de fruta roja y frescos toques balsámicos. En boca es ligero, amargoso, algo delgado en el medio de su paso, con buena acidez y buen recorrido. Un vino atractivo, con muy buena fruta y de trago largo.
A continuación le llego el turno del crianza 2004, un ensamblaje de 57% tempranillo y 43% bobal. El vino ha hecho la maloláctica en barricas de roble francés para ser a barricas de 2ª año (la tempranillo) y 3er año (la bobal) donde pasa 8 meses. Embotellado sin filtrar. Vino de color granate de media capa. La nariz es de buena intensidad, sin mucho volumen pero con buena definición, aparecen notas minerales, algún recuerdo a violetas, notas tostadas y algunos toques balsámicos. Tiene buen ataque, un paso ligeramente amargoso, con cuerpo medio, buena acidez y recorrido medio. Taninos firmes bien integrados.
Tras ello, seguimos con el Reserva 2002, un ensamblaje de tempranillo, bobal y cabernet, criado en barricas de roble de 2ª, entre barrica y botella la crianza es de 34 meses. Es un vino color granate oscuro de buena capa. La nariz es de buena intensidad, presenta fruta roja muy madura, algunos tostados y recuerdos a bosque umbrío. En boca tiene un ataque de buena intensidad, algo goloso, levemente dulce, con acidez correcta y buen recorrido. Paso sencillo, atractivo y equilibrado.
Finalmente llego su turno a El Perdío 2001, un monovarietal de tempranillo de vendimia manual, que pasó 382 días en barricas de roble francés y americano. Presenta un color granate de buena capa con destellos rubí. La nariz es de buena intensidad y notable profundidad, con algunos toques animales, algo de fruta negra, suaves tostados y cierta mineralidad. En un vino tánico, con cuerpo medio, buen ataque, ligera amargosidad y buen recorrido.
Una interesante velada en la que pudimos apreciar la coherencia de este proyecto valenciano.